Este artículo se publicó hace 13 años.
El Parlamento israelí valora suspender sus vacaciones por las protestas de los indignados
El Parlamento israelí (Kneset), estudiará esta semana suspender el receso del periodo de sesiones de verano por las masivas protestas populares que ayer sacaron a la calle a 150.000 personas, una cifra récord en el país.
La jefa de la oposición y ex ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, ha pedido al presidente de la Cámara, Reuven Rivlin, que prolongue el periodo de sesiones en este momento de crisis para que el Parlamento pueda debatir legislación que atienda a las demandas de la población, informa hoy el diario "Haaretz".
Se espera que Rivlin convoque una sesión extraordinaria esta semana para que los diputados voten la prórroga del periodo de sesiones, que debía finalizar el jueves y reiniciarse a finales del próximo mes de octubre.
"La Kneset no puede iniciar el receso. Debe continuar trabajando. Las reformas que respondan a lo que está ocurriendo en las calles deben venir de la Kneset", por lo que "no es momento para que la Cámara coja vacaciones", declaró Livni según el diario "Yediot Aharonot".
Las principales ciudades israelíes vivieron ayer manifestaciones masivas en las que participaron más de 150.000 personas, que se quejaban por la carestía de la vivienda y de la vida y pedían un cambio en el reparto de la riqueza y la dimisión del primer ministro, Benjamín Netanyahu.
El movimiento de indignados en Israel comenzó hace dos semanas con campamentos callejeros en Tel Aviv de jóvenes que protestaban por las dificultades para acceder a una vivienda y se ha extendido poco a poco al resto del país.
También se han ampliado los sectores que protestan y sus motivos y en las últimas semanas se han vivido manifestaciones de médicos, ganaderos, consumidores de productos lácteos y padres que se quejan del precio de los productos para bebés.
En Tel Aviv, tomaron las calles ayer 100.000 personas, mientras que en Jerusalén y Haifa fueron 15.000, unos 7.000 en Beersheva, 2.500 en Ashdod y cientos en el resto de ciudades, informa hoy el diario "Maariv".
Uno de los eslóganes más coreados fue: "La gente quiere justicia social".
"Juntas, las manifestaciones de anoche fueron de las mayores en la historia de Israel. El país ha vivido protestas masivas sobre la Tierra de Israel, la paz o fracasos en tiempo de guerra pero, ¿quién iba a creer que 150.000 israelíes se molestarían en salir a la calle en nombre del cambio social?", se pregunta hoy el periodista Nahum Barnea en el "Yediot Aharonot".
El director general de Ministerio de Finanzas, Haim Shani, que estimó que responder a las demandas de los indignados tendrá un coste para las arcas del Estado de unos 17.500 millones de dólares, dimitió esta mañana de su cargo, posiblemente en respuesta a las protestas populares, informa hoy ese rotativo en su versión digital.
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