Este artículo se publicó hace 16 años.
El parlamento francés inicia una polémica reforma constitucional con un futuro incierto
El polémico proyecto de reforma de la Constitución impulsado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y que amplia los poderes del Parlamento y delimita los del jefe de Estado, con implicaciones también en política exterior, inicia hoy su trámite legislativo con un futuro incierto.
Cuando el presidente conservador propuso el plan el mes pasado, basándose en el trabajo de una comisión integrada por personalidades de varias sensibilidades, dijo que era la concreción de la "democracia ejemplar" prometida en su campaña por el Elíseo en 2007.
Pero el texto, que la Cámara de los diputados empieza a examinar esta noche y que ya ha sido modificado por la Comisión de Leyes, suscita rechazos en parte de los legisladores del partido conservador de Sarkozy, la UMP, y está dando lugar a un pulso de la oposición de izquierdas con la derecha gobernante.
El proyecto limita a dos los mandatos sucesivos del jefe del Estado y encuadra sus poderes, pero, a cambio, le permite intervenir ante las dos cámaras del Parlamento reunidas en Congreso (actualmente no puede hablar en ningún caso ante los legisladores).
El poder del Parlamento se ve reforzado en política europea e internacional, lo que significa que toda operación militar en el exterior de más de seis meses requerirá su aprobación.
Uno de los puntos polémicos del texto es el fin de la obligación de someter a referéndum la ratificación de toda ampliación futura de la Unión Europea (UE), una obligación que el predecesor de Sarkozy, Jacques Chirac, había introducido en 2005 para tranquilizar a los adversarios del eventual ingreso de Turquía en la UE.
Una enmienda de la Comisión de Leyes estipula que el referéndum será obligatorio si se trata de un país cuya población supera el 5 por ciento de la de toda la Unión, es decir, Turquía.
Por otra parte, el texto da al Parlamento un derecho de veto sobre los nombramientos más importantes (como el Consejo Constitucional) y pasa a controlar la mitad de la agenda legislativa, a la vez que se limita a unos pocos casos el uso de un artículo que permite cortar el debate y adoptar sin voto un proyecto para acabar con tácticas obstruccionistas.
Para obtener el apoyo de sus aliados, el Ejecutivo ha hecho concesiones: inscribir en la Carta Magna el principio del equilibrio presupuestario plurianual y aceptar la posibilidad de referéndum por iniciativa ciudadana.
Entre la mayoría conservadora, hay gaullistas que no ven la necesidad de revisar la Constitución, y otros, tajantemente opuestos al eventual ingreso de Turquía en la UE, que reclaman más garantías.
Por su parte, los socialistas mantienen su oposición y han condicionado su apoyo o abstención a "gestos fuertes" del Gobierno, como reformar el sistema de elección de los senadores (para que la izquierda pueda llegar a ser mayoritaria en el Senado), descontar el tiempo de palabra del presidente en los medios audiovisuales e introducir una dosis de sistema proporcional en las Legislativas.
"Si queréis realmente que esta reforma prospere, tenéis que hacer gestos, y no gestos menores", dijo el jefe del grupo socialista en la cámara, Jean-Marc Ayrault, quien lamentó que, por el contrario, ven "un endurecimiento" de la mayoría, del Gobierno y de Sarkozy.
Los comunistas y Verdes ya han dicho que votarán en contra.
Un indicio de la importancia que Sarkozy y su Gobierno conceden al texto es que el primer ministro, François Fillon, lo iba a presentar esta noche ante el hemiciclo.
La inquietud ha crecido en el Elíseo sobre el desenlace de esta planeada vigésimo tercera revisión de la Constitución de 1958.
Para revisarla, es preciso que las dos cámaras adopten la misma versión del proyecto de ley y que, luego, reunidas en Congreso en Versalles, lo hagan por una mayoría de tres quintas partes.
Y allí es donde estriba el gran problema. La UMP, aunque tiene la mayoría absoluta en la cámara de los diputados, no alcanza este listón. Para superarlo, Sarkozy necesitará no perder votos a la derecha y conseguir apoyos a la izquierda.
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