Este artículo se publicó hace 14 años.
"No está solo", el Papa recibe el apoyo de la Iglesia ante los casos de pederastia
"Santidad, no está sólo, los fieles no se dejan impresionar por las murmuraciones del momento", afirmó hoy el cardenal Angelo Sodano al dirigirse al Papa durante la Misa de Resurrección, en la que le expresó el apoyo de la Iglesia ante los ataques que recibe por los casos de pederastia.
El cardenal decano ha roto el estricto protocolo de la Iglesia, lo que demuestra la gravedad del momento, y ante varias decenas de miles de fieles, abrió la misa con un mensaje de solidaridad a Benedicto XVI, que presentaba aspecto cansado, que algunos observadores vaticanos consideraron de tristeza.
"Hoy toda la Iglesia desea decirle, a coro, felices Pascuas, amado Santo Padre. La Iglesia está con usted, con usted están los cardenales, colaboradores, los obispos de las 3.000 circunscripciones y los 400.000 sacerdotes que sirven generosamente al pueblo de Dios en las parroquias, las escuelas, los hospitales y en las misiones", afirmó Sodano.
Y con voz fuerte, el decano de los cardenales agregó: "Y con usted está el pueblo de Dios, que no se deja impresionar por las "murmuraciones del momento".
Sodano recordó las palabras pronunciadas por el Papa el pasado Jueves Santo al citar a San Pedro: "Jesús, insultado, no respondió a los insultos".
Fue la única alusión a los escándalos de curas pederastas en numerosos países, que han llegado a salpicar al Papa, al que asociaciones de víctimas y algunos medios de comunicación acusan de haber ocultados casos en EEUU y Alemania y haberlos gestionado mal cuando era cardenal prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio, sucesor de la Inquisición).
En ningún momento de la Semana Santa Benedicto XVI se ha referido a esos casos y ha dejado a cardenales, obispos y medios de la Santa Sede ocuparse.
Hoy, en el Mensaje Pascual dijo que la humanidad necesita no sólo retoques, sino una conversión espiritual y moral para salir de la crisis profunda en la que está y pidió a las naciones que la actividad económica se rija "finalmente" por criterios de verdad, de justicia y de ayuda fraterna".
En una mañana lluviosa, fría y desapacible, el Papa manifestó que la Iglesia es el pueblo del éxodo, porque constantemente difunde el Evangelio en todas las partes del mundo.
"También hoy la humanidad necesita un éxodo, que consista no sólo en retoques superficiales, sino en una conversión espiritual y moral. Necesita la salvación del Evangelio para salir de una crisis profunda, que exige cambios profundos, comenzando por las conciencias", afirmó.
En su Mensaje, el Papa recorrió todo el mundo, deteniéndose en América Latina y el Caribe, especialmente en Chile y Haití, y condenó el narcotráfico en esa zona del mundo.
"Que la Pascua de Cristo represente para aquellos Países Latinoamericanos y del Caribe que sufren un peligroso recrudecimiento de los crímenes relacionados con el narcotráfico, la victoria de la convivencia pacífica y del respeto del bien común", dijo el Papa.
Benedicto XVI abogó para que Haití, "devastada por la terrible tragedia del terremoto, lleve a cabo su éxodo del luto y la desesperación a una nueva esperanza, con la ayuda de la solidaridad internacional".
"Que los amados ciudadanos chilenos, asolados por otra grave catástrofe, afronten con tenacidad, y sostenidos por la fe, los trabajos de reconstrucción", agregó el Pontífice.
Benedicto XVI exigió, asimismo, el cese definitivo de la guerra en Oriente Medio y en Irak e hizo votos para que los países afectados por el terrorismo y las discriminaciones sociales o religiosas puedan emprender caminos de diálogo y de convivencia serena.
En su recorrido, Benedicto XVI detuvo su mirada en África y pidió que se ponga fin a los conflictos que provoca en ese continente "destrucción y sufrimiento", y abogó para que se alcance la paz y la reconciliación en la República Democrática del Congo, en Guinea y en Nigeria.
También recordó a los que cristianos que sufren persecución en el mundo, como en Pakistán.
Condenó la "cultura de la muerte" que se difunde en el mundo y pidió que la vida sea respetada.
El Papa señaló que la Pascua no consiste en "magia alguna" y que de la misma manera que el pueblo judío se encontró con el desierto, más allá del Mar Rojo, así también la Iglesia, después de la Resurrección, se encuentra con los gozos y esperanzas, los dolores y angustias de la historia.
Concluido el mensaje, el Papa impartió la bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad de Roma y a todo el mundo) en 65 idiomas, entre ellos el español, portugués y guaraní.
"Os deseo a todos una buena y feliz fiesta de Pascua, con la paz y la alegría, la esperanza y el amor de Jesucristo Resucitado", dijo el Papa en español.
En portugués deseó "uma Pascoa feliz com Cristo Ressuscitado" y en guaraní dijo: "ña nerenyhe vy'agui, Aleluya".
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