Este artículo se publicó hace 16 años.
El oro y el platino rompen máximos históricos ante el miedo de los inversores a la bolsa
El oro y el platino han roto esta semana sus máximos, después de 28 años en el caso del primero, por las fuertes compras de los inversores ante su desconfianza para obtener beneficios en las bolsas este año, a juicio de los analistas consultados por Efe.
Precisamente, los analistas pronostican bajadas de hasta un 15 por ciento en las bolsas europeas durante el primer semestre del año -el segundo será mejor-, para luego terminar con unas nimias subidas del 0,8 por ciento en el caso del Ibex-35, por ejemplo, que será uno de los peores índices europeos del año, según Goldman Sachs.
El oro, tradicional valor refugio, llegó a venderse el jueves pasado al precio récord de 868,89 dólares la onza (31,10 gramos), después de rebasar el miércoles el máximo de 850 dólares que no alcanzaba desde 1980, debido también a la debilidad del dólar, al encarecimiento del petróleo y a la posible rebaja de tipos en EEUU.
El platino, por su parte, se vendió este viernes a 1.555,25 dólares la onza, nivel récord y debido a los mismos motivos que impulsan el oro, pese a que históricamente no se ha considerado un valor refugio, según los expertos.
Buena parte del dinero que ha salido de la bolsas desde verano está recayendo en el sector seguro de los metales (oro y platino, sobre todo), según el economista jefe de Intermoney Valores, José Carlos Díez, como pasa siempre en momentos de crisis y alta inflación.
No obstante, existen fundamentos para que algunas materias primas como el petróleo se encuentren en máximos históricos, puesto que los inventarios internacionales son bajos y la demanda es incesante, especialmente de países asiáticos, lo que mantendrá los precios altos, al menos mientras crezcan anualmente más de un 10 por ciento.
De hecho, los últimos periodos de caída generalizadas en los precios de las materias primas se han dado entre los años 1997 y 1998 y en el 2000, coincidiendo con momentos de desaceleración en Asia, matiza Díez.
La alta inflación, el aumento de volatilidad de los mercados financieros y el debilitamiento del dólar son las razones que el experto del gestor de fondos británico Schroders, Christopher Wyke, considera que respaldará nuevas subidas del oro, que terminó la semana con una ligera bajada del 0,7 por ciento, a 855 dólares.
La semana pasada también alcanzaron máximos históricos el petróleo Brent (Europa) y West Texas (Estados Unidos), de 98,50 dólares el barril en el caso del primero, y de 100,09 dólares el segundo, curiosamente de forma intencionada por culpa de un ex bróker estadounidense que quería ser el primero en pagar los 100 dólares, según diversas informaciones.
En el caso del resto de metales preciosos, la plata y el paladio, sus cotizaciones también están en cifras muy altas pero lejos de sus máximos históricos, ya que la primera, por ejemplo, cotiza en torno a 15,40 dólares la onza, frente a los 16,20 dólares de septiembre, máximo desde 1980, año en que alcanzó su récord de 38,26 dólares.
Entre los metales básicos, los precios actuales del cobre, níquel, zinc, plomo y estaño se mueven en precios algo menores que los récord históricos del 2006 y de mediados del 2007.
De hecho, estos metales, utilizados en la industria y en la construcción, suelen aumentar considerablemente en meses previos a ciclos altos de bonanza y construcción, al funcionar como una especie de indicador adelantado, según los analistas consultados por Efe.
Los precios se mantienen actualmente muy elevados por la fuerte demanda de países emergentes, especialmente los asiáticos, como China y la India, aunque, según un informe de Morgan Stanley, el miedo a la recesión normalmente tira los precios a la baja.
El cobre y el estaño cotizaron esta semana a unos 7.000 dólares por tonelada, frente a sus récord de 8.600 marcados en noviembre del 2006.
El zinc costaba 2.600 dólares por tonelada, casi la mitad que los 4.515 dólares que alcanzó en septiembre del 2006, después de bajar durante el año pasado un 45 por ciento.
El níquel alcanzó la estratosférica cifra de 51.600 dólares por tonelada en mayo del 2006, récord histórico, debido a una oferta muy escasa en ese momento, según los analistas de ABN Amro, pero un cambio brusco en las existencias ha desplomado su costo a 29.000 dólares por tonelada.
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