Este artículo se publicó hace 15 años.
Al menos ocho soldados estadounidenses mueren en un ataque en Afganistán
También han fallecido dos soldados afganos. Las tropas internacionales habían anunciado planes para abandonar esa zona.
Al menos ocho soldados estadounidenses y dos afganos han muerto en un ataque insurgente contra sus posiciones en la provincia oriental afgana de Nuristán, anunció hoy la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en un comunicado.
Los atacantes, integrantes de una "milicia tribal" de la provincia, comenzaron la operación ayer desde una mezquita y un pueblo cercanos a dos puestos de control de las tropas conjuntas. "Las fuerzas de la Coalición repelieron la agresión y causaron muchas bajas al enemigo, mientras que ocho soldados de la ISAF y dos del Ejército afgano murieron", informó la organización en la nota divulgada hoy.
Por el momento, la ISAF no ha divulgado los nombres de los soldados fallecidos, a la espera de notificar sus muertes a las familias afectadas. Según el comandante Randy George, se trató de un "ataque complejo en un área dificultosa".
Los talibanes, por su parte en un comunicado colgado en su portal virtual, reivindicaron la muerte de 40 soldados estadounidenses y de 30 afganos, y dijeron haber capturado a otros 30 militares afganos, entre ellos un comandante de la Policía. Además, en sus filas, cuatro talibanes murieron en el ataque y otros siete resultaron heridos, según los insurgentes.
Los atacantes, integrantes de una "milicia tribal" de la provincia, comenzaron la operación ayerLas tropas internacionales habían anunciado planes para abandonar la zona en la que se produjo el ataque como "parte de un reagrupamiento más extenso para proteger los centros de población más importantes".
Esos planes, precisó la nota, continúan siendo los mismos en la zona, donde existen "dinámicas económicas, religiosas y tribales complejas". Situada en las estribaciones meridionales de la cordillera del Hindu Kush y fronteriza con Pakistán, Nuristán es una región muy aislada con una fuerte presencia de los insurgentes, que controlan por completo su flanco occidental.
La provincia ya fue escenario en julio de 2008 de uno de los ataques más sangrientos sufridos por las tropas internacionales en Afganistán, después de que un grupo de talibanes rodeara un puesto adelantado de las tropas en el distrito de Wanat. Nueve soldados estadounidenses perdieron la vida y otros 15 resultaron heridos en aquel combate.
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