El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, conmemora hoy su trigésimo aniversario en el poder, en el que ha suprimido la tradicional invitación a delegaciones extranjeras, para celebrar una fiesta local, dijeron a Efe por teléfono desde Malabo fuentes oficiales ecuatoguineanas.

Obiang, de 67 años, tiene previsto pronunciar hoy un discurso en el que hará un balance de los 30 años de gobierno tras el denominado "Golpe de Libertad" que protagonizó en agosto de 1979, cuando derrocó al anterior presidente, Francisco Macías.

Miles de personas secundaron hoy una manifestación de apoyo y "adhesión" al Jefe de Estado ecuatoguineano, que será nuevamente el candidato del gobernante Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) en la elecciones presidenciales de este año.

Obiang ha presidido igualmente el acto de jura de bandera de 25 nuevos oficiales graduados en la escuela militar Inter-Armas que lleva el nombre del jefe de Estado ecuatoguineano.

El Aniversario se celebra en la ciudad de Evinayong, capital de la provincia de Centro Sur, en la región continental del país.

Obiang, antiguo alumno de los hermanos salesianos en la ciudad de Bata, capital continental de Río Muni hasta 1964, estudió luego en la academia militar española de Zaragoza, y derrocó al anterior presidente, su tío Francisco Macías Nguema el 3 de agosto de 1979, cuando era viceministro de Defensa.

En numerosas ocasiones, Obiang ha afirmado que el golpe de Estado de 1979 significó la "liberación" del pueblo de las garras de once años de la dictadura de Macías (1968-1979), cuando "las fuerzas armadas de Guinea Ecuatorial, apoyadas por el pueblo, decidieron acabar de una vez por todas con la dictadura, la opresión y la explotación a que estuvieron sometidos durante los 11 años".

Para Obiang, el 3 de agosto significa días de la paz, el sosiego, la tranquilidad, la armonía, el equilibrio político, social, a partir de un crecimiento económico cada vez más seguro y sostenible.

Obiang obtuvo el inmediato reconocimiento del Gobierno español y recibió la ayuda de Marruecos cuyos militares atendieron durante muchos años el servicio de escolta presidencial.