Este artículo se publicó hace 11 años.
Nueve muertos y unos 350 heridos durante los enfrentamientos entre manifestantes y Policía en Egipto
Los egipcios se echan a la calle en el segundo aniversario de la revolución para protestar contra Mursi y el predominio de los Hermanos Musulmanes en el Parlamento
Tahrir y todo Egipto han vuelto a ser un polvorín. Nueve personas han muerto en la ciudad de Suez y más de 350 han resultado heridas, entre ellas un ciudadano español, en los enfrentamientos entre manifestantes y policías que se han reproducido por todo el país. Según una fuente médica, algunos de los muertos presentaban heridas de bala.
La mayoría de los heridos se han producido en la emblemática plaza de El Cairo y sus aledaños, donde han confluido varias marchas convocadas con ocasión del segundo aniversario de la revolución egipcia que derrocó a Hosni Mubarak y que han sacado a la calle a decenas de miles de egipcios. El español, un estudiante, resultó herido por una pedrada en el ojo, de la que iba ser operado de urgencia. Según fuentes diplomáticas su vida no corre peligro.
Fuertes medidas de seguridadLas fuerzas policiales intensificaron las medidas de seguridad en torno al Ministerio del Interior, la sede del Gobierno, y las dos cámaras del Parlamento, para lo que desplegaron más de 50 vehículos de la Seguridad Central y 12 vehículos blindados alrededor de estos edificios, todos ellos cercanos a Tahrir.
Un grupo de manifestantes ha intentado quitar las alambradas del Palacio Presidencial
Los enfrentamientos tuvieron especial intensidad en la calle Sheij Rihan, donde apenas se podía respirar por los gases lacrimógenos. Un grupo de manifestantes intentó quitar las alambradas de la entrada principal del palacio del presidente Mohamed Mursi. Las fuerzas de seguridad intervinieron con gases lacrimógenos para evitar el asalto, al igual que hicieron cuando otro grupo trató de irrumpir en la sede de la Academia de Ciencias. El Ministerio de Interior justificó que algunos manifestantes tiraron cócteles molotov y piedras contra los policías cerca de un muro levantado en la céntrica calle Qasr el Aini, que conduce a la plaza.
Las protestas, en las que no participaron las principales fuerzas islamistas como los Hermanos Musulmanes (grupo al que pertenecía Mursi hasta asumir el cargo) o los salafistas -aunque sí otras formaciones islamistas moderadas como la que encabeza el excandidato presidencial Abdelmoneim Abul Futuh-, se reprodujeron en otras provincias egipcias, donde estuvieron acompañadas de disturbios.
En Alejandría, segunda ciudad del país, manifestantes y policía se enfrentaron cerca del Tribunal Penal y del Consejo Municipal de la ciudad. En Ismailiya (este), un grupo de desconocidos atacó con piedras y cócteles molotov la sede del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, lo que causó un incendio en el local. En esa misma ciudad, un grupo de jóvenes cortaron la circulación de trenes en ambos sentidos, al igual que lo hicieron unas 500 personas en la estación de Shebin al Kom, en la provincia de Menufiya (en el delta del Nilo). Mientras, otro grupo de desconocidos irrumpió en el local del PLJ en la ciudad septentrional de Damanhur y arrojó a la calle los enseres y el mobiliario.
Clima de tensiónCuando se cumplen dos años de la revolución popular que derrocó a Mubarak, Egipto vive el aniversario en medio de un clima de tensión caracterizado por las protestas contra los Hermanos Musulmanes y el Gobierno de Mursi, así como por los malos indicadores económicos. Para este viernes se convocaron varias manifestaciones en El Cairo por diferentes grupos opositores para mostrar su rechazo a los Hermanos Musulmanes y a la Constitución recientemente aprobada en referéndum y para criticar que las autoridades no estén cumpliendo los objetivos de la revolución, entre ellos avanzar hacia la justicia social y juzgar y condenar a los responsables de las muertes de manifestantes.
"No lo vemos como una celebración. Esto será una nueva oleada revolucionaria"
"No lo vemos como una celebración. Esto será una nueva oleada revolucionaria que mostrará a Hermanos Musulmanes que no están solos, que hay otras fuerzas que pueden posicionarse contra ellos", ha dicho el fundador de uno de los grupos de mayor relevancia durante la revolución, el Movimiento 6 de Abril, Ahmed Maher.
La formación islamista anunció que no enviará a sus seguidores a la plaza Tahrir durante la jornada debido a los últimos enfrentamientos entre seguidores y detractores del grupo en la plaza en otras manifestaciones simultáneas. "La importancia del aniversario es elevar el ánimo del pueblo egipcio: más esperanza y más trabajo", ha dicho el portavoz de Hermanos Musulmanes Ahmed Aref, según ha recogido Reuters.
Durante los últimos días, las calles de El Cairo han sido escenario de enfrentamientos entre manifestantes y policía, que culminaron con decenas de manifestantes inconscientes, varios detenidos y disturbios en la ciudad y ante el Tribunal Supremo.
El Ministerio de Interior ha emitido una alerta de máxima seguridad
Las críticas se centran en el predominio de Hermanos Musulmanes en el Gobierno y el Parlamento, formación a la que acusan de controlar las instituciones para llevar a cabo su programa político, independientemente de las necesidades de la población y los compromisos de la revolución.
El Ministerio de Interior emitió una alerta de máxima seguridad de cara a las protestas. El Ejecutivo preparó asimismo un dispositivo policial que ha desplegó frente a los edificios públicos, comisarías, estaciones de tren, aeropuertos, embajadas y sedes del Gobierno de todo el país.
Pobreza y endeudamientoLa oposición pide que el Gobierno recupere el dinero desviado por Mubarak
Por otra parte, la economía del país se ha resentido notablemente a nivel macroeconómico a consecuencia del impacto de la Primavera Árabe en diversos sectores del país, fundamentalmente el turístico. La oposición denuncia además la inactividad del Ejecutivo en la lucha contra la pobreza en las zonas rurales.
Los grupos opositores han pedido al Ejecutivo que, en vez de recurrir a un préstamo internacional de 4.800 millones de dólares que previsiblemente otorgará el FMI, recupere el dinero presuntamente desviado por el Gobierno de Mubarak y modifique la ley de inversiones para atraer al capital extranjero.
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