Este artículo se publicó hace 15 años.
Nuevas letras para Barcelona
Los autores de la renovación literaria catalana subrayan las consecuencias de la brecha lingüística
Les duele que su ciudad se haya dejado manejar por los intereses urbanísticos. Les duele que la ciudad condal se haya transformado tanto como para olvidar barrios y rincones en los que se sentían bien. Les duele ver una ciudad que va demasiado deprisa. Ellos, Gabriela Wiener, Jaime Rodríguez Z., Javier Calvo, Robert Juan-Cantavella, Jordi Carrión o Juan Trejo, forman parte de la renovación de las letras catalanas, y han decidido abandonar los tradicionales márgenes literarios, al tiempo que siguen de cerca la mutación de la ciudad condal.
Jordi Carrión (1976) publicará en Mondadori su novela Los muertos, ubicada en un Nueva York ficticio y proyectada como "doble novela dotada de un juego de espejos". ¿La temática? "La violencia y la memoria, cosas que anteriormente había tratado en la no ficción". Más interesado por la narrativa latinoamericana y germánica que por la Next Generation de EE UU, su escritura acostumbra a hacer mayor hincapié en lo que ocurre fuera de la ciudad. Sus crónicas de viajes La Brújula o Australia relatan su periplo por el planeta, "aunque al final siempre aparezca Mataró [ciudad donde reside]".
"Barcelona pasó a la hipermodernidad sin transición", dice Juan TrejoA propósito del panorama local, Carrión apela a la idea de post-catalanidad, es decir, "ser catalán no porque escribas en catalán, sino porque vives en Cataluña, como ocurre con gente como Mathias Enard, Gabriela Wiener, Jaime Rodríguez o Rodrigo Fresán".
La cuestión catalana figura como uno de los asuntos más espinosos del clima cultural local y Eloy Fernández Porta (1974) no duda en manifestar su incomodidad ante la escisión entre la escena catalanoparlante e hispanoablante. Para el ensayista existe un nivel de trabajo "muy potente" entre los autores de habla catalana, y es por ello por lo que reclama más traducciones. Agrega que la fragmentación entre lenguas produce "una huida hacia adelante: en Barcelona el primer gesto para atraer capital cultural es un gesto de importación", dice. Sin embargo, Jaime Rodríguez (Lima, 1973), que publicará en Argentina Canción de Vic Morrow, no cree que Barcelona albergue más escritores extranjeros que otras ciudades. "Siempre hubo muchos escritores latinoamericanos dando vueltas por España", explica.
Fernández Porta, el autor de Homo Sampler (Anagrama) no duda en denunciar la necesidad de una "auténtica política de izquierda" en la ciudad, así como "el control del espacio público, que implican gestos como la petición de los hoteleros de prohibir pasear en bikini por las Ramblas". El escritor suma a la panorámica cierta personalidad activista de la localidad, pues "desde los orígenes del capitalismo ha sido difusora de discursos alternativos".
Gabriela Wiener ve en la Torre Agbar de noche "la polla de Spiderman"Robert Juan-Cantavella (1976) ha criticado en varias ocasiones a una ciudad que considera institucionalizada, por la "Ordenanza Cívica Municipal 2006" y por la represión que simbolizaban aquellos "muñecos de uniforme", en referencia a la Policía Municipal.
Uno de sus relatos críticos apareció la pasada temporada en el polémico Odio Barcelona (Melusina), donde 13 escritores abordaban la erosión de Barcelona por culpa del libre mercado. En septiembre Alpha Decay retoma la idea con Matar en Barcelona. En palabras de la coeditora, Ana S. Pareja, el libro está compuesto por "doce relatos de ficción inspirados en doce crímenes reales ocurridos en Barcelona", con el objeto de insistir en la faceta menos amable de la ciudad.
Algo de sexoTras la colección de crónicas aparecidas en Sexografías (Melusina), Gabriela Wiener (Lima, 1975) llega a las librerías en otoño con Nueve lunas, en Mondadori. Siguiendo la estela de su anterior libro, la crónica actual recurre a la primera persona, en esta ocasión para desarrollar un texto sobre su propio embarazo.
Tras los relatos de Sexografías, que incluían la incursión de los locales de intercambio de parejas y encuentros con Nacho Vidal, ahora sorprenderá al lector con su nuevo interés por la maternidad. Wiener, que tras sus llegada a España en 2003 llegó a montar el horóscopo sexual para una revista, aclara: "Pensé que la maternidad era el gran tema, pensé que pocas veces había sido tratada de un modo despojado, crudo pero a la vez riguroso, desde una sensibilidad quizá más contemporánea, que no temiera hablar de sexo, de odio, de dolor"
"Barcelona ha pasado de la modernidad a la hipermodernidad sin una transición previa"La periodista libera su talento una y otra vez hasta que deja escapar la comparación entre la Torre Agbar de noche con "la polla de Spiderman".
Cabe preguntarse entonces por qué Barcelona suscita esta especial atención entre los autores locales. A juicio de Juan Trejo (1970), autor de Tácticas de combate cuerpo a cuerpo, que aparecerá en las librerías a comienzos del año que viene, "Barcelona ha pasado de la modernidad a la hipermodernidad sin una transición previa". De hecho, en El fin de la guerra fría (La otra orilla) la ciudad ya ejercía un papel protagonista "como símbolo de la contemporaneidad, una ciudad muy estetizada y con mucha actividad, pero carente de sentido profundo. Una especie de gran carcasa", resuelve.
Una visión parecida de la ciudad presenta Javier Calvo (1973) en su obra. El escritor ultima estos días su próximo libro Ríos Perdidos, "una investigación histórica sobre la transformación de esta ciudad en los últimos dos siglos, desde que empieza contemplarse como mercancía".
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