Llegó la paz en Nissan. Empresa y sindicatos acordaron ayer cómo debe ser el futuro en la planta de Barcelona. Los representantes de los trabajadores firmaron el Plan Industrial que presentó la dirección y aceptaron "una adecuación" de la plantilla, rebajándola de los 4.200 empleados actuales hasta un mínimo de 2.800. A cambio, la dirección se compromete a mantener la actividad en las plantas de Zona Franca y Montcada.
Entre 2009 y 2011 lo hará mediante "la confianza de atraer carga de trabajo", señaló la propia Nissan. Y a partir de 2012 aseguró la producción de un nuevo vehículo del segmento pequeño. Las nuevas adjudicaciones supondrán la inversión de 400 millones de euros en las dos fábricas.
El recorte de plantilla se llevará a cabo mediante prejubilaciones y bajas incentivadas. En el primer caso se verán afectados 170 trabajadores a partir de los 55 años cumplidos a 31 de marzo de este año. El plan de bajas incentivadas, ya en marcha y con indemnizaciones de 20.000 a 120.000 euros según la antigüedad, se ampliará 15 días hasta el 31 de marzo.
El responsable de CCOO, Javier Pacheco, admitió que estas medidas no serán suficientes para el recorte que pretende Nissan. "Seguiremos hablando para seguir reduciendo empleo con medidas no traumáticas", afirmó.
Nueva presentación de ERE
Mientras no consigue recortar plantilla, Nissan prevé combatir la falta de trabajo con otro expediente de regulación de empleo temporal hasta julio, ya que el actual finaliza el 31 de mayo.
El acuerdo ha sido posible después de que Nissan ha logrado convencer a los sindicatos de que las fábricas no tendrán futuro con una plantilla sobredimensionada. El acuerdo "puede ser decisivo" en la decisión de Nissan de traer a Barcelona la fabricación de la furgoneta que se había adjudicado a Tánger, afirmaron CCOO y UGT.
Por otra parte, el presidente de la Generalitat de Catalunya, José Montilla, se encontró ayer con una sorpresa en la presentación de un nuevo modelo de Seat. El presidente de la firma, Eric Schmitt, descubrió ante los ojos de Montilla el nuevo Exeo pintado de forma idéntica a un coche de los Mossos d'Esquadra, pese a que aún no existe con Seat ningún compromiso de compra por parte del Gobierno para equipar a las fuerzas policiales catalanas, según confirmó posteriormente el gabinete de Presidencia.
El gesto se produce unos meses después de la polémica compra por parte de la conselleria de Interior de 14 coches del modelo Honda Civic con motor híbrido producidos en el Reino Unido, rompiendo la tradición de la administración de adquirir los Seat. El secretario general de UGT en Catalunya, Josep Maria Álvarez, criticó entonces al Gobierno por no garantizar los puestos de trabajo de la industria local y dijo que la decisión era una prueba de la "inexistencia de política industrial".
El presidente de la Generalitat aprovechó el acto para anunciar que la administración catalana invertirá 4 millones de euros en formación para los afectados del sector por expedientes de regulación de empleo, sean temporales o de rescisión.