Este artículo se publicó hace 10 años.
El negocio de la comida pública llega al Congreso
La cocina de la escuela de Larrabetzu -localidad vizcaína de dos mil habitantes- y el comedor del colegio Gómez Moreno de la ciudad de Granada están separados por 820 kilómetros. A pesar de la distancia, cada mediodía tienen un nexo común: los platos que se sirven a sus alumnos, ya sean unas nutritivas alubias o un refrescante gazpacho, están elaborados con ingredientes cercanos, sin intermediarios ni empresas de catering por medio. Ahí viene el segundo punto común entre vascos y andaluces: ambos centros enfrentan todo tipo de trabas por parte de la administración, que los considera fuera del sistema. Los padres, alumnos y profesores prefieren llamarlo autogestión.
En las oficinas de VSF-Justicia Alimentaria Global conocen muy bien tanto estas experiencias como otras similares en distintos puntos del estado. "Estas escuelas se sienten perseguidas por la administración pública. No sólo no reciben subvenciones, sino que son presionadas para que cambien de modelo. Sin embargo, profesores, padres y alumnos siguen firmes en su apuesta, a pesar del gran esfuerzo militante que implica enfrentarse al sistema", afirma a Público el director de VSF, Javier Guzmán.
Hace algunos días, este catalán acudió a la Comisión de Desarrollo Económico y Competitividad del Parlamento Vasco para presentar el informe Compra pública en sistemas alimentarios locales. Impactos sociales, ambientales, y económicos, elaborado por su ONG en el marco de la campaña Cortocircuito. O lo que es lo mismo, "circuito corto". Según destacan desde VSF, se trata de una iniciativa que busca "impulsar los mercados alimentarios locales a través de la compra de alimentos que se llevan a cabo desde las administraciones públicas". Este miércoles, este mismo reclamo se dejará oír en la Comisión de Agricultura del Congreso, donde será presentado a través de Izquierda Plural.
Con la vista puesta en este día, Guzmán no se cansa de repetir que si las distintas administraciones públicas -empezando por el gobierno central y terminando en los ayuntamientos- hicieran sus compras de productos alimenticios en el entorno cercano, la economía local se vería beneficiada. Su argumento tiene bases sólidas: de acuerdo al documento elaborador por VSF, las instituciones destinan entre 2.000 y 3.000 millones de euros a las compras alimentarias. El 70% se concentra en los comedores escolares, mientras que otro 25% -unos 775 millones de euros- corresponden a los menús que se sirven en los hospitales. Los cuarteles y las cárceles, con 127 y 45 millones de euros respectivamente, completan la carta.
Las empresas Serunión y Scolarest controlan el 25% del mercado de catering "Si este volumen de compra se realizara en mercados de proximidad, estaríamos ante el catalizador definitivo para crear, fortalecer y extender una red de mercados locales viables con unas consecuencias importantes a nivel económico, social y cultural", destaca VSF en su informe. Pero la realidad tiene otro sabor. "El número de comidas servidas a través de catering -revela el estudio- aumentó en el Estado español desde las 376 millones al año en 2006 hasta las 427 millones de 2011". Un 36% de la facturación de estas empresas proviene del sector de la salud y otro 34% de la educación.
Según esta ONG, una de cada cuatro comidas que se sirven en los colegios españoles lleva el sello de dos grandes compañías, Serunión y Scolarest, "que controlan el 25% del mercado". Conscientes de ello, las campañas de ambas firmas se centran en la calidad de su oferta alimenticia, basadas -según coinciden en destacar en sus eslóganes publicitarios- en una nutrición equilibrada.
En el caso de Scolarest -ligada a la multinacional Compass Group-, han recurrido a la ex nadadora olímpica Gemma Mengual como imagen de su "proyecto educativo" para el presente ciclo escolar, que lleva como título "comer bien es llegar a lo más alto". Por su parte, Serunión se define como "líder del sector" -sirve 84 millones de menús anuales en escuelas, empresas, hospitales y centros de la tercera edad- y hace gala de estar presente "en todos los espacios y ámbitos de la educación" gracias a una "cocina viva y generosa, nutricionalmente equilibrada y adaptada a las necesidades de los niños en función de su edad".
El comedor de un colegio.
Al ser consultados por Público, los responsables de comunicación de Serunión mostraron su "respeto" hacia la iniciativa de VSF-Justicia Alimentaria Global, aunque aseguraron que el 65% de los proveedores de sus cocinas "son de ámbito local o regional, contribuyendo de esta forma a la generación de riqueza en las comunidades" donde esta empresa presta sus servicios. "El resto son proveedores de ámbito nacional que trabajan con distribuidores locales, pero que por sus dimensiones permiten ofrecer mayores exigencias de calidad y seguridad alimentaria ", puntualizaron.
Recorridos kilométricosSin embargo, el director de VSF muestra sus dudas sobre este discurso y sostiene que las empresas de catering "adquieren sus alimentos a mayoristas". "La gran mayoría acude a los mercados internacionales y compra al mejor postor en cualquier lugar del mundo -subraya Guzmán-. Muchas veces cambian los menús para adaptarlos a lo que esté más barato en el mercado, sin tener en cuenta la dieta". "No debemos olvidar que muchos productos recorren una media de cinco mil kilómetros hasta llegar a nuestros platos, lo cual tiene un impacto tremendo sobre las economías del sur, además de afectar seriamente al cambio climático", puntualiza Guzmán.
El documento que este miércoles se presentará en el Congreso proporciona unas cifras muy elocuentes sobre esas prácticas. "En el Estado español se importan grandes cantidades de patatas, manzanas, uvas, cereales, frutos secos o gambas. Todos estos productos, tradicionalmente asociados a nuestro ecosistema, vienen de Israel, Chile, Argentina, Turquía o Ecuador", señala el pormenorizado informe, que también incluye algunos ejemplos. "El Estado español importa 1,3 millones diarios de kilos de patatas de Francia y exporta 275.000 kilos diarios a Portugal"; "cada día importamos 220.000 kilos (80.000 toneladas al año) de patatas del Reino Unido y ese mismo día se exportan 72.000 kilos de patatas a... el Reino Unido". "En los últimos 10 años -remata-, la importación de alimentos en el Estado español ha crecido un 66%".
400 mil empleosFrente a esa realidad, VSF pretende que los parlamentos regionales y el propio Congreso "establezcan los criterios pertinentes para que este tipo de compras sean realizadas bajo criterios de proximidad", lo cual tendría un importante efecto sobre la crisis. "Si se apuesta por este modelo, podrían generarse hasta 400 mil empleos", afirma Guzmán, quien asegura que en España existen suficientes bancos de tierras para que "mucha gente joven, con la seguridad de que contará con un mercado más o menos estable, pueda emprender la aventura de instalarse en el campo".
En tal sentido, el director de esta organización reclama que las escuelas "tengan libertad para auto-organizarse, comprar libremente a productores de la zona y mantener sus propias cocinas". De hecho, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) ha mostrado su apoyo a esta campaña, ya que considera que "potencia la viabilidad de pequeñas explotaciones en el mundo rural, asienta población y, por lo tanto, mantiene abiertos los colegios y los comedores escolares que se nutren de productos de la zona, con el consiguiente abaratamiento económico y mejora de la alimentación". Si el gobierno les hace caso, muchos colegios volverán a oler a comida.
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