Este artículo se publicó hace 14 años.
Nadal vuelve al escenario de su mordisco histórico, el Abierto de Australia
Un año después de su primer mordisco a la copa Norman Brookes, la que levantan los campeones del Abierto de Australia, Rafael Nadal vuelve al escenario donde se convirtió en el primer español en ganar este Grand Slam, y donde escribió una de las paginas más emotivas de este torneo.
Fue una gran final, con cuatro horas y 23 minutos, y una de las más emotivas. Todavía se recuerdan las lágrimas del suizo Roger Federer en la entrega de premios, su frase más íntima, "es demasiado para mí", y el abrazo de Nadal para consolar a quien siempre ha considerado el más grande de este deporte.
El Abierto del 2009 dejó en la retina partidos para la historia. La semifinal entre Nadal y Fernando Verdasco, de cinco horas y 14 minutos fue uno de ellos, y luego la lucha por el título. Y sirvió para constatar que el puesto de número uno del mundo le correspondía por derecho propio al zurdo de Manacor, quien realizó luego una fenomenal primera parte del año, con títulos en Indian Wells, Montecarlo, Barcelona y Roma.
De aquellos momentos, y pasado un año, las tornas han cambiado. Las lesiones de Nadal propiciaron el cambio de regente en el circuito, y de nuevo lo es Federer, quien aprovechó la temporada y el bajón físico del español para lograr por fin el título de Roland Garros y ganar en Wimbledon, donde pulverizó la marca de Pete Sampras en el Grand Slam, al obtener su 15 grande.
Comienza un año nuevo y la defensa del título de Nadal, que desde el torneo de Roma no ha logrado título alguno, a excepción de la Copa Davis en Barcelona, aunque eso sí, se plantó en la final del Masters 1000 de Shanghai. En los inicios de este ha vuelto a renacer al ganar la exhibición de Abu Dabi y llegar a la final de Doha.
Oficialmente, Rafa Nadal no ha conseguido doblegar a un jugador situado entre los ocho primeros del mundo desde entonces. No obstante, sus actuaciones en los inicios del año han hecho recordar al Nadal de sus mejores momentos.
Tampoco Federer ha deslumbrado en estos comienzos. El suizo perdió en las semifinales de Doha contra el ruso Nikolay Davydenko, y aunque continúa con ese tenis virtuoso, tiene otras ocupaciones después de haber sido padre de dos niñas, un relajamiento que esperan sus rivales, aunque el de Basilea opina que esto endurece su ánimo aún más.
En estas circunstancias, el hombre que parece mantener la excepcional forma que mostró el pasado año es Davydenko, triunfador de la Copa Masters, ganador en Doha recientemente después de superar dos bolas de partido a Nadal, y uno de los jugadores, que salvo lesión, sabe mantener un frenético ritmo de principio a fin.
En el horizonte aparece también la figura del estadounidense Andy Roddick, ganador en Brisbane y que ha confirmado que ha recuperado la confianza después de superar una lesión que le dejó fuera de combate para la Copa Masters de Londres.
Lesionado en la rodilla izquierda ante el suizo Stanislas Wawrinka en Shanghai, el actual número seis del mundo, campeón júnior del Abierto de Australia en 2000, quiere que su nombre se una al paquete de jugadores aspirantes al título formado además por el serbio Novak Djokovic y el británico Andy Murray.
El argentino Juan Martín del Potro, ganador del Abierto de Australia, debería estar en ese grupo de favoritos, pero se retiró de la exhibición de Kooyong por un problema en su muñeca, y hoy no se ha entrenado, siguiendo la recomendación de su médico, con lo cual su participación está en duda.
En el cuadro femenino, la estadounidense Serena Williams, cuatro veces ganadora de este torneo, puede aspirar a defender su título individual y de dobles después de escapar de ser sancionada por abuso verbal sobre una juez de línea, durante las semifinales del Abierto de Estados Unidos contra el la belga Kim Clijsters.
Aquel incidente se produjo en la pista Arthur Ashe el doce de septiembre y Serena recibió una sanción de 82.500 dólares, y la recriminación de la Federación Internacional de Tenis, que le ha impuesto un periodo de prueba, de tal forma que si vuelve a cometer una violación de conducta durante un torneo del Grand Slam en 2010 ó 2011 se le prohibiría participar en Nueva York y la sanción aumentaría en 175.000 dólares más.
La número uno del mundo afronta así el primer de los cuatro grandes compromisos del año. Sabe que será vigilada, de forma diferente a cuando participó en el 2007, hundida en el puesto 81 del mundo y a pesar de eso fue capaz de proclamarse campeona, para vencer a Maria Sharapova por 6-1 y 6-2, en su primera final en dos años, y ascender al 14 de las listas.
Serena vuelve a ser la gran favorita este año, a pesar de su derrota en la final de Sydney ante la rusa Elena Dementieva y de que se resintió en la rodilla, pero la participación de las belgas Kim Clijsters y Justine Henin animan la competición esta vez.
Hay jóvenes que ya han asentado su estatus, como la danesa Caroline Wozniacki o la también belga Yanina Wickmayer, y veteranas que siguen en la lucha como la rusa Dinara Safina y su compatriota Svetlana Kuznetsova o las serbias Jelena Jankovic y Ana Ivanovic, para mostrar un Abierto todavía más expectante.
Miguel Luengo
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