Este artículo se publicó hace 13 años.
Murdoch sufre la humillación de tener que retirar la OPA de BSkyB
News Corporation renuncia a sus planes de expansión a causa de la
presión de todas las fuerzas políticas
La apuesta de Rupert Murdoch contra todo el sistema político británico terminó en derrota. News Corporation anunció ayer que retira su OPA sobre el total de las acciones de BSkyB, la mayor empresa televisiva del país. La presión ejercida por los tres grandes partidos resultó decisiva en un espectáculo político que nadie hubiera creído que se produciría hace tan sólo una semana.
“Al final, el sol se ha puesto en el imperio británico de Rupert Murdoch”, dijo el número dos de los liberales demócratas, Simon Hughes. La derrota es de tal nivel que muchos especulan ya con la idea de que Murdoch terminará vendiendo sus periódicos británicos (The Times, The Sunday Times y The Sun) para que no vuelvan a poner en peligro sus negocios televisivos.
Durante más de un año, News Corporation dio por hecho que no afrontaría ningún obstáculo legal serio que impidiera la operación. Había conseguido que el Gobierno conservador de David Cameron planteara unas condiciones fáciles de cumplir y que se limitaban al control editorial del canal de noticias Sky News.
Además, había recibido el visto bueno provisional del Gobierno, que no creía necesario enviar el tema a las autoridades de competencia.
El escándalo de las escuchas de móviles originado en el periódico News of the World desbarató todos los planes. Los Murdoch ordenaron el cierre del periódico centenario, pero no fue suficiente. Cuando el primer ministro, David Cameron, volvió a repetir esta mañana que la compañía debía resolver esta cuestión antes de tomar otras decisiones sobre su futuro empresarial, quedó claro que la OPA supondría un desafío a la clase política y la opinión pública británicas.
News Corporation tendrá que pagar 38,5 millones de libras a BSkyB, de la que tiene el 39% de las acciones, como compensación pactada previamente si la operación no salía adelante. Ese es un precio menor. Es mucho peor haber perdido la oportunidad de dar un paso básico en la estrategia futura de la compañía.
En teoría, podría presentar una nueva OPA en 2012, pero el ambiente político se ha girado completamente en su contra, y esa alternativa es a día de hoy poco probable.
Por la mañana, David Cameron presentó las líneas maestras de las dos futuras investigaciones independientes dirigidas por un juez. De inmediato, quedó claro que todos los medios de comunicación pagarán los pecados de los tabloides de Murdoch. La insaciable y a veces salvaje prensa británica lo tendrá más difícil para hacer su labor, consecuencia inevitable del evidente fracaso del sistema de autorregulación.
Sin necesidad de esperar a las conclusiones de la investigación, Cameron anunció una enmienda en el Código de Conducta Ministerial “que exigirá a ministros y viceministros que comuniquen todas sus reuniones con dueños y directivos de medios de comunicación, con independencia de la naturaleza de la reunión”.
Lo primero que pensaron los periodistas que cubren el Gobierno y el Parlamento es qué ocurrirá con los contactos off the record que mantienen de forman periódica con miembros del Gobierno.
Por poderoso que fuera Murdoch, no tenía mucho que hacer ante la imagen de una familia que perdió a su hija asesinada y que hace una semana descubrió que los periodistas de NOTW habían accedido al buzón del móvil de la chica –cuando estaba desaparecida–, borrado mensajes para que no se llenara y engañado así a la familia haciéndoles creer que aún estaba viva.
Los padres de Molly Dowler se reunieron ayer con Cameron en Downing Street, como lo habían hecho en días anteriores con el laborista Ed Miliband y el liberal Nick Clegg. En su reunión con Clegg, ya le dejaron claro que no se conformarían con otra cosa que con la retirada de la OPA.
El discurso de Cameron para presentar el marco de las investigaciones fue un intento de recuperar la iniciativa política después de varios días de dudas y rectificaciones. Una vez que el día anterior los conservadores aceptaron unirse a los laboristas en una moción parlamentaria contra los planes de Murdoch, en la Cámara reinó un inusual ambiente de consenso.
Ed Miliband cree que se trata de "una victoria para el pueblo y todo el país"
De entrada, Cameron abandonó cualquier intento de mostrarse comprensivo con la posición de su exportavoz y exdirector del NOTW, Andy Coulson. Casi se podría decir que lo tiró a los lobos cuando dijo que si se demuestra que Coulson mintió, “sería muy lamentable y por tanto debería acabar en procesamiento”.
A Ed Miliband, le tocó disfrutar el momento y anunciar que la unimidad de todas las fuerzas políticas y la retirada de la OPA era “una victoria para el pueblo y todo el país”.
Ese frente común quedó un tanto deslucido cuando Gordon Brown intervino por la tarde en el Parlamento. En una sesión en la que decenas de diputados toman la palabra y por tanto sus intervenciones suelen ser breves, el ex primer ministro propinó a la Cámara un discurso de 25 minutos, respondido desde los bancos tories con gritos y descalificaciones.
Brown lanzó un durísimo ataque contra la prensa de Murdoch: “Dejaron que las ratas salieran de las alcantarillas”. Sostuvo que él habría querido poner en marcha una investigación independiente de sus desmanes, pero que el poderoso alto funcionariado del Gobierno le recomendó que no lo hiciera.
Sin embargo, la credibilidad de Brown no es su fuerte en este punto, y sus enemigos se aprovecharán de ello en los próximos días. Después de que The Sun se adelantara a la publicación de la enfermedad de su hijo, Brown apareció en actos públicos organizados por los diarios de Murdoch y hasta asistió a la boda de la exdirectora de The Sun y ejecutiva de News International Rebekah Brooks.
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