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Una modelo en las estepas de Asia

Pionera en la literatura de viajes, Ella Maillart recorrió Rusia y Tíbet.

JESÚS CENTENO

Fue mecanógrafa, comercial, modelo y profesora, pero Ella Maillart sólo se sentía 'medio viva' cuando se perdía en el mar. Hija de un comerciante de pieles y de una danesa aficionada al deporte, Maillart (Ginebra, 1903) fundó a los 16 años el primer equipo femenino de hockey sobre hierba de la Suiza francófona y con 20 años emprendió su primer viaje con una amiga, Miette. Juntas navegaron los más de 200 kilómetros que separan Cannes de Córcega en un velero de siete metros.

Ella Maillart ha alimentado durante generaciones los sueños viajeros de un buen puñado de trotamundos y aventureros. Apodada la vagabunda de los mares, se enrolaba en tripulaciones de barcos, competía en regatas (fue la única mujer en participar en la disciplina de vela durante Juegos Olímpicos de París, logrando la novena plaza) y organizó un viaje en yate por todo el Mediterráneo con otras tres chicas como tripulación.

Viajaba en camiones, confundida entre los locales, tomando notas y fotografías

De joven, Maillart tuvo problemas de vocación. Fue modelo del escultor Raymond Delamare, estudió actuación en Ginebra y hasta dio clases de francés, en Gales. Logró trabajar como actriz en una película sobre esquí producida por alemanes. Durante el rodaje, en Berlín, conoció a un grupo emigrantes rusos que la convencieron para emprender su primer gran viaje a Rusia, en 1930, su trampolín para comenzar a explorar los vastos espacios de Asia Central. Maillart se entrevistó con Vsévolod Pudovkin y publicó dos libros sobre el periplo.

Más tarde, recorrió Manchuria, entonces ocupada por los japoneses, como corresponsal del periódico francés Le Petit Parisien. Su regreso a Europa desde el Turkestán chino (región prohibida y de la que no se tenía noticia en cuatro años) es su viaje más conocido, relatado en el libro Oasis prohibidos. Atravesó Cachemira, las cordilleras de Pamir y las montañas del Karakórum, terrenos todos azotados por la guerra y el pillaje.

Recorrió la Manchuria ocupada por los japoneses y exploró regiones prohibidas

El novelista francés Paul Morand escribió sobre ella: 'Esta mujer va vestida con botas de piel de oveja y enguantada con mitones; su piel quemada por el aire de la montaña y el viento del desierto; explora regiones inaccesibles de la Tierra en compañía de chinos, tibetanos, rusos e ingleses, cuyos calcetines remienda, cuyas heridas cura, y con quienes duerme con total inocencia bajo las estrellas Esta gran mujer es Ella Maillart'.

De nuevo en Asia por ocho meses, compartió viaje con Peter Fleming, corresponsal del Times y hermano del autor de la saga de James Bond. Ambos escribieron sobre la experiencia, que incluyó desiertos, campos de batalla y escondrijos de bandidos. Mientras él deseaba regresar a Escocia para la temporada de caza, Maillart no quería que el viaje, que 'la buena vida', acabase nunca.

Le Petit Parisien siguió contando con sus oficios, que aprovechó para visitar Turquía, India, Irán Viajaba siempre en camiones, confundida entre los viajeros locales, tomando notas, fotografías y haciendo entrevistas. Conoció a la bella Annemarie Schwarzenbach, aventurera adicta a la morfina que 'escogió la vía complicada, la vía cruel del infierno', según narró. Juntas viajaron en automóvil hasta Afganistán, donde les sorprendió el estallido de la II Guerra Mundial. Maillart escribió entonces La Ruta Cruel, y se refugió en la India, donde siguió las enseñanzas de Ramana Maharsi. Después regresó a Suiza, pero nunca dejó de viajar y escribir. Falleció en 1997, en su casa de Chandolin, a los 94 años de edad.

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