Este artículo se publicó hace 15 años.
Los ministros de Economía del G20 preparan la agenda de la cumbre del 2 de abril
A tres semanas de la cumbre del G20, los ministros de Economía y Finanzas se reúnen este fin de semana para preparar la agenda de la cita del 2 de abril en Londres, en cuya preparación trabaja con ahínco el Gobierno británico para conseguir que arroje resultados concretos y ofrezca una imagen de consenso.
Los ministros empezarán a llegar el viernes al South Lodge Hotel, un hotel campestre de lujo en el condado de West Sussex (a unos 70 kilómetros al sur de Londres), donde celebrarán diversas reuniones bilaterales antes de reunirse el sábado de forma conjunta.
Se trata de un encuentro preparatorio de la cumbre del 2 de abril, en la que están puestas todos los ojos como eventual revulsivo mundial, a semejanza de la conferencia de Breton Woods que sentó las nuevas bases de la economía mundial tras la II Guerra Mundial.
El Gobierno británico es consciente de que las expectativas son muy altas y de que una cumbre de la que sólo salga una declaración de intenciones y principios, y no un paquete de medidas concretas, puede suponer un duro golpe para los mercados y las economías.
El paralelismo con Breton Woods lo hizo este miércoles el ministro británico de Economía, Alistair Darling, quien manifestó que "hay un acuerdo político generalizado de que hay que aprovechar el momento" para que la crisis dé paso a más prosperidad y riqueza.
En un encuentro con la prensa extranjera acreditada en Londres, Darling afirmó que la opinión pública mundial no entendería que los países del G20 no adoptaran medidas concretas contra la recesión.
Respondió así a las declaraciones del presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, quien manifestó que de la cumbre del 2 de abril hay que esperar una declaración común de principios por parte de los Gobiernos y no medidas.
"Es pedir demasiado que de un encuentro como ese salgan propuestas detalladas en tantas áreas diferentes. La meta óptima para una reunión de líderes sería, en la medida de lo posible, fijar algunos principios que sirvan de guía para las reformas en todo el mundo", manifestó Bernanke en Washington.,
Pero para Darling, anfitrión de la reunión de este sábado, "hay que pasar a la acción, porque eso es lo que espera la gente".
Los ministros de Economía y Finanzas ultimarán el sábado la agenda sobre la que trabajarán los jefes de Estado y de Gobierno y para la que Londres ha establecido tres prioridades.
La primera es la de adoptar medidas comunes que den un impulso a la demanda, mediante estímulos fiscales y medidas para estabilizar el sistema financiero con el objetivo de recuperar el crédito.
La segunda prioridad debe ser "trabajar juntos para reformar el sistema global de regulación financiera", identificando los paraísos fiscales, promoviendo la transparencia y estableciendo mecanismos de alerta temprana que permitan prever con tiempo los problemas.
Por último, Darling explicó que habrá que dar con la fórmula de reformar los organismos financieros multinacionales, dando mayores competencias y recursos al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El trabajo más complicado será el de aunar los diferentes enfoques con los que los países ricos llegan a la cumbre, con EEUU pidiendo un mayor endeudamiento de los Estados para incentivar la economía y Europa afirmando que ya ha hecho suficiente esfuerzo.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, reiteraron hoy que "los europeos hemos hecho nuestra aportación" en lo que se refiere a los estímulos fiscales, y que estos esfuerzos, en los que insiste Washington, "no pueden reemplazar la regulación" de los mercados financieros.
Además, los países emergentes, entre ellos México, Argentina y Brasil, quieren que el 2 de abril se hable seriamente de mercados abiertos y de que los países ricos dejen de pontificar contra el proteccionismo mientras mantienen sectores de sus economías, como la agricultura y la metalurgia, altamente subsidiados.
El Reino Unido rehuye que se le otorgue la condición de mediador y conciliador de posiciones dentro del G-20, pero todo parece indicar que Darling tendrá que hilar muy fino para conseguir que de la reunión del sábado salga una agenda que sea del gusto de todos.
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