Este artículo se publicó hace 15 años.
Los métodos de un empresario al frente de la CEOE
Pedro González
Del difunto José María Cuevas se criticaba que fuera el presidente de la patronal CEOE sin ser empresario. Cierto que fue miembro de diversos consejos de administración, pero nunca tuvo responsabilidad directa en la gestión de ninguna compañía. Fue, sobre todo, un profesional del lobby patronal, sobre quien los grandes empresarios depositaron durante mucho tiempo su confianza (fue presidente de la CEOE durante 23 años) para que diera la cara y defendiera sus intereses.
En 2007, apenas un año después de su séptima reelección, Cuevas tuvo que dejar, por problemas de salud, el mando de la patronal, y colocó con el dedo a su sustituto: Gerardo Díaz Ferrán.
El sucesor de Cuevas lleva poco más de dos años al frente de la CEOE y no se puede decir que la organización esté mejor que como la encontró: se ha topado con una fuerte contestación de otros dirigentes empresariales, que han cuestionado desde su elección hasta el rumbo que está marcando en la patronal; ha acumulado deslices notables, con micrófonos abiertos y micrófonos cerrados; ha tenido una relación de amor-odio con el Gobierno, inexplicable tanto en los buenos como en los malos momentos, y le ha faltado sapiencia, habilidad, mano izquierda y buen tono (y otros dirían también que le ha sobrado politización) en las negociaciones con los sindicatos y el Ejecutivo en el curso del Diálogo Social.
Eso sí: Gerardo Díaz Ferrán es empresario. Y a fe que ha sabido conducir la CEOE igual que gestiona sus empresas. ¿O será al revés?
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