Este artículo se publicó hace 14 años.
Las medidas antibotellón no calan entre la juventud española
El fenómeno del 'botellón' ha disparado la alarma social sobre el consumo de alcohol por parte de los jóvenes españoles, pero el constante aumento de adeptos de esta práctica deja en evidencia que las medidas que se han tomado hasta ahora están lejos de encontrar una solución.
Así lo demuestra el estudio presentado este miércoles en Madrid por la entidad Socidrogalcohol, el cual concluye que los jóvenes españoles no sólo identifican de forma directa la práctica del botellón con el consumo de alcohol, sino que además ejercen un consumo intensivo de esta sustancia, superando con creces los niveles considerados dañinos para su salud.
"No podemos permanecer pasivos ante esta poda neuronal de la que (los jóvenes) no son conscientes", dijo Julio Bobes, profesor de psiquiatría de la Universidad de Oviedo, durante la presentación del estudio.
Según el trabajo difundido hoy, más del 70 por ciento de los jóvenes españoles se suman habitualmente al fenómeno del 'botellón', siendo esta cifra similar entre chicos y chicas. Esta práctica se sitúa en el 69% de adolescentes de 14 a 18 años y en un 84% de universitarios, con entre 19 y 26 años.
Un importante factor a tener en cuenta es la frecuencia de este consumo intensivo entre adolescentes y universitarios, que demuestra que, lejos de tratarse de un hecho puntual, se lleva a cabo durante casi 10 meses al año, en una proporción de 1 o 2 veces a la semana.
"Tanto chicas como chicos adolescentes y universitarios están realizando este tipo de consumo, con posibles consecuencias dañinas para su salud", dijo María Teresa Cortés, profesora de la Universidad de Valencia encargada de llevar a cabo el estudio, que añadió que "se está radicalizando el consumo entre los adolescentes".
La elevada frecuencia, sumada a una edad de inicio cada vez más temprana, hacen del consumo intensivo un factor de riesgo muy importante en el futuro desarrollo de procesos adictivos, y produce graves consecuencias físicas y psicológicas en los jóvenes consumidores, entre las cuales se encuentra el bajo rendimiento escolar y la degradación de las relaciones interpersonales, según los expertos.
El estudio concluye que las medidas diseñadas hasta el momento fracasan debido a que no tienen en cuenta ni la dimensión sanitaria del problema ni el importante papel de otros agentes sociales aparte del joven, especialmente en el caso de los padres.
"Es necesario plantear medidas para padres, profesionales, medios de comunicación (...) y buscar la predisposición al cambio por parte de todos, no sólo de los jóvenes", dijo Cortés. "Hay que aunar la integración de medidas con la coordinación de las mismas", añadió.
CONSONANCIA EUROPEA
Francisco Pascual, asesor de la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de España (FARE), participa en el estudio aportando una perspectiva sobre el contexto internacional del consumo intensivo en los jóvenes.
Pascual explicó que el fenómeno del 'botellón' no es algo exclusivo de España, si no que se fundamenta en el "Drinking to get drunk" (beber para emborracharse) propio de jóvenes de toda Europa, especialmente en Inglaterra y los países nórdicos.
"El contexto de consumo europeo de alcohol (entre los jóvenes) es parecido. La única diferencia es que en España hay una mayor permisibilidad y predisposición, y que además suele practicarse en las calles", dijo Pascual.
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