Este artículo se publicó hace 12 años.
Una mayoría absoluta permitirá a Hollande una política moderada con ajustes
La mayoría absoluta que auguran los últimos sondeos para los socialistas franceses en las legislativas del próximo domingo dan margen al presidente, François Hollande, para una política menos escorada a la izquierda y con ajustes a los que puede verse obligado por la crisis.
Éste es el análisis de Esteban Pratviel, responsable de estudios del instituto demoscópico Ifop, que en sus proyecciones a partir de los resultados de la primera vuelta de las legislativas del día 10, augura que los socialistas tendrán más de la mitad de los escaños de la Asamblea Nacional tras el voto del domingo y eso tendrá consecuencias en la acción del Gobierno.
La línea política del Gobierno nombrado por Hollande "será más moderada" ya que "tendrá las manos libres frente a los ecologistas y, sobre todo, al Frente de Izquierdas" (que incluye a los comunistas), que se había significado por su oposición tajante a la austeridad, destacó Pratviel a Efe.
Eso significa que el jefe del Estado no estará bajo la presión de sus socios más izquierdistas cuando decida aplicar las medidas de ajuste que considere oportunas por el recrudecimiento de la crisis.
De entrada, en los últimos días tanto él como su ministro de Finanzas, Pierre Mosovici, se han esforzado en repetir el mensaje de que van a buscar medidas de reactivación económica, pero no a costa de incrementar los números rojos de las cuentas públicas, y que sea cual sea la coyuntura económica cumplirán el compromiso de reducir el déficit al 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2013.
El Ejecutivo, sin precisar cómo, ha reconocido que para cumplir el déficit del 4,5 % del PIB este año debe encontrar 10.000 millones de euros, bien con recortes, bien con nuevos ingresos, bien con la combinación de ambos.
La amplia mayoría que deben alcanzar los socialistas con sus aliados radicales (Ifop les atribuye entre 297 y 332 de los 577 diputados) es una consecuencia del sistema institucional de la V República, que quiso favorecer la estabilidad parlamentaria frente a las experiencias precedentes en Francia, señaló Pratviel.
"La V República se instauró para que los gobiernos (...) no estén sometidos a la sanción continua del Parlamento", señaló antes de puntualizar que la fuerte abstención del pasado domingo en la primera vuelta (superior al 42 %) no es tanto producto de la desmovilización del electorado de derechas, ni de un desencanto por la crisis sino de la proximidad de las presidenciales.
El responsable del instituto de sondeos hizo notar que pese al dominio que tendrá la izquierda en la cámara de diputados a partir del domingo, el voto de castigo al anterior Ejecutivo conservador anterior ha sido muy inferior al que se constató en otros países europeos más afectados por la crisis, como España.
"Ese movimiento de sanción ha sido menor" repitió tras aludir a que el presidente anterior, Nicolas Sarkozy, perdió con un 48,28 % de los sufragios, frente al 51,62 % de Hollande en la segunda vuelta de los presidenciales el 6 de mayo.
El Ejecutivo del nuevo jefe del Estado, que hasta ahora ha evitado las decisiones que le podrían haber pasado factura electoral, tendrá que dar pistas claras desde el lunes y hasta finales de mes en cuestiones tan espinosas como la más que probable revisión a la baja de las previsiones de crecimiento económico.
Eso, junto a los resultados de la auditoría que ha encargado al Tribunal de Cuentas sobre el estado de las finanzas públicas, que se hará público el día 28, determinará el diseño del próximo presupuesto durante el verano, en el que deberán concretarse las subidas de impuestos y los recortes.
Además, en los próximos días deberían hacerse públicas las propuestas francesas para buscar un consenso europeo ante la cumbre de los días 28 y 29 sobre estímulos de crecimiento que chocan con la reticencia de la canciller alemana, Angela Merkel, quien también se opone a los eurobonos.
París, que se muestra remiso a las cesiones generalizadas de soberanía que reclama Merkel para una unión bancaria y presupuestaria, tendrá oportunidad de poner sus cartas sobre la mesa en la mini-cumbre de Roma del día 22 entre Hollande, Merkel y los jefes de Gobierno de España, Mariano Rajoy, e Italia, Mario Monti.
Ángel Calvo
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