Este artículo se publicó hace 16 años.
Marcelino deja el Racing entre lágrimas y sin tener un equipo al que entrenar
Marcelino García Toral, entrenador del Racing de Santander, ha anunciado hoy que deja el club cántabro cántabro para irse "a casa" y, entre lágrimas, ha dicho que se va de Santander tras unos días "alegres pero muy duros" y después de haber vivido "una bonita historia, que no esperaba".
"Los objetivos conseguidos son superiores a los previstos, una segunda temporada podría suponer la pérdida del encanto", ha explicado García Toral, quien ha aclarado que ya había tomado esta decisión desde finales de marzo, "con la cabeza fría".
"Lo único que quiero decir es que no soy un desagradecido", añadía el técnico asturiano, quien ha reconocido que en los últimos días, junto con su equipo formado por su segundo, Rubén Uría y el preparador físico, Ismael Fernández, han valorado la posibilidad de de revocar su primera decisión.
Después de clasificar al Racing para la UEFA y tras las numerosas muestras de reconocimiento que le han brindado a Marcelino en los últimos días desde todos los sectores de la sociedad cántabra, el técnico precisaba que ha preferido mantener la decisión que adoptó inicialmente "desde la paz, la estabilidad y con la cabeza fría".
"Esta bonita e inesperada historia que nos ha tocado vivir podría cambiar", ha opinado Marcelino, consciente de que el fútbol todo depende de "si el balón entra o no entra". "Es difícil superar esto", ha agregado el técnico sin que le dolieran prendas a la hora de reconocer que, en su decisión, "hay una parte de miedo".
En este sentido recordaba que en el entorno del Racing se le ha considerado "piedra angular" -aunque subrayaba que "no ha sido así"- de la exitosa campaña realizada por un equipo hecho para no descender y que finalmente ha llegado a las semifinales de la Copa del Rey y a la Copa de la UEFA.
"Es difícil repetir cuando los objetivos que se logran son muy superiores a los previstos", ha resumido el técnico asturiano y también ha hecho hincapié en que se marcha para irse "a casa", porque, explica, "ahora no tenemos nada firmado, ni adelantado, ni hablado con ningún equipo, aunque en su día sí hubo algo".
"Si cambiara ahora de decisión en beneficio propio sería un veleta y perder lo que siempre fuimos. Y nunca hay que renunciar a lo que somos", opina Marcelino. Además, ha dejado claro que, por su parte, deja la "puerta abierta" para volver a entrenar al Racing y que le gustaría tener esa posibilidad "siempre que haya pasado un tiempo por medio".
También ha explicado que la decisión que adoptó hace dos meses de dejar el banquillo de Racing para "dar el salto" y tener la posibilidad de entrenar a "uno de los denominados grandes del fútbol español", no fue comunicada a la afición por el "interés del Racing", ya que, a su juicio, "el Racing, Santander y Cantabria están por encima de las personas que ocupan los cargos".
"El Racing no puede ser plato de segunda mesa", añadía Marcelino para explicar otras de las razones por las que considera que no debe modificar ahora su decisión por el hecho de no contar con una oferta para entrenar la próxima temporada.
Marcelino no quiso despedirse sin expresar su agradecimiento a todos los estamentos del club y, especialmente, a los futbolistas de la plantilla "por su máxima actitud, disposición y respeto".
Y, también hizo extensiva su gratitud a la afición, en el momento más emotivo de conferencia de prensa de Marcelino, quien, entre lágrimas, explicaba que "los últimos días han sido alegres... y duros". "Muchas gracias a todos y mis mejores deseos para siempre para el Racing", decía antes de tener que parar para tomar aire y empezar a responder a la preguntas de los periodistas.
"Es complicado que la próxima temporada empecemos entrenando, porque a día de hoy no ha surgido una posibilidad interesante", insistía Marcelino y también señalaba que en su mente no está la idea de dirigir al Sporting.
"El Sporting tiene entrenador con contrato y espero que ascienda de todo corazón", destaca el entrenador y asturiano, para quien "es difícil, por no decir imposible", que entrene al equipo de su tierra "a corto plazo".
En el momento del adiós, la congoja no sólo atenazó a Marcelino, sino que también hizo mella en el presidente del club, Francisco Pernía, quien ha considerado que "hoy es un día de alegría por los resultados y de tristeza porque se rompe la relación con el equipo técnico".
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