Este artículo se publicó hace 18 años.
Maragall tiene Alzhéimer
El ex president afirmó que algunos rumores sobre su enfermedad han sido interesados
Los periodistas lo sabían. Pero no dijeron nada. Decidieron que tenía que ser el propio protagonista quién lo hiciera público. Y ayer lo hizo. "Hace unos meses me diagnosticaron un principio de la enfermedad de Alzhéimer". La palabra sonaba alto y claro por primera vez. Junto a su mujer, Diana Garrigosa, Pasqual Maragall, ex president de la Generalitat, ex alcalde de Barcelona, ex presidente del PSC, ponía sobre la mesa una palabra tabú, alzhéimer.
La rueda de prensa era en el salón de actos del Hospital de Sant Pau. Modernismo e historia. Unos cincuenta periodistas le esperaban. Los corrillos hablaban en voz baja. Diciendo sin querer decir.
"Bueno, ¿cómo le ves?, ¿Está animado?",preguntaba un periodista al filósofo Xavier Rubert de Ventós, amigo personal de Maragall, minutos antes de la comparecencia. Pero lo que dominaba, era el silencio. La pareja llegó tranquila. Casi sonriente. Él vestido con traje azul marino y ella, como siempre, con ese aire de eterna adolescente. Gafas de pasta, pelo corto y pendientes largos.
"Estos últimos días la brama sobre mi salud ... ¿Saben lo que significa brama? ¿Cómo se traduce?", la mira a ella. Diana niega con la cabeza. El Maragall de siempre. La audiencia se ríe. "¡Ah! Rumor. El rumor sobre mi salud se ha extendido e impulsado por razones que a veces son santas y a veces no tanto; creo que a veces han sido un poco interesadas".
Antes de ayer, fuentes políticas se encargaron de difundir por las redacciones la enfermedad de Maragall, en un intento para desacreditar su decisión de darse de baja del partido. Al final, la mayoría de periódicos decidió no publicar nada al respecto. Y las crónicas se escribieron en clave. "Maragall deja el PSC. Maragall se concentrará en la lucha contra el Alzhéimer", rezaban las portadas catalanas.
De hora en adelante
"Me considero un privilegiado porque la gente me conoce por la calle y así es muy difícil perder la identidad". Toda la sala escucha atentamente. La rueda de prensa dura 10 minutos. Sin preguntas. Y el ex president, como si su anuncio fuera uno más, continua explicando sus planes de futuro.
"Quiero ayudar a derrotar esta enfermedad. Y lo haré acompañado de aquellos que me quieren". Y habla del Hospital de Sant Pau y de su equipo de investigación. Siempre cercano, como si las cámaras, focos y flashes no apuntaran en su dirección. Cree, afirma, que con hacerlo público puede ayudar a mejorar la situación de los enfermos.
"En ningún sitio está escrito que esta enfermedad sea invencible". Maragall siempre se ha mostrado optimista. Ayer también. "Hicimos los JJOO, hicimos aprobar y refrendar el Estatut y ahora iremos a por el Alzhéimer". Con su comparecencia también quiso dejar claro que se va pero no del todo. "Quiero ayudar a crear instituciones políticas nuevas". Y ahí aparece el Partido Catalán de Europa.
Y planes y más planes. Diana escucha. Es un día triste. Y a ella se le nota, incluso bajo esa sonrisa sostenida. "Ha sido muy valiente", dicen des del PSC. A veces la política, como la vida , es muy canalla.
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