La guerra editorial parece recrudecerse. El pulso que mantienen Penguin Random House y Planeta por liderar el mercado editorial español no cesa y se suceden las refriegas. Dos episodios recientes evidencian hasta qué punto las espadas se mantienen en alto. Una historia de poder e influencia con la literatura como moneda de cambio.

Por un lado, el Premio Planeta 2021, galardón que ha recaído en Carmen Mola (pseudónimo para los guionistas Antonio Mercero, Agustín Martínez y Jorge Díaz). "Autora" cuya trilogía noir ha despachado la friolera de 400.000 ejemplares con Alfaguara (sello perteneciente a Penguin) y que ahora Planeta prevé publicar el próximo 4 de noviembre su galardonada novela La Bestia.

Por otro, el reciente fichaje por parte de Penguin del escritor valenciano Santiago Posteguillo, uno de los buques insignia de la empresa de la familia Lara, ganador del Premio Planeta 2018 con la novela Yo, Julia, autor de Los asesinos del emperador. Un escritor importantísimo para Planeta, pese a que en su día publicó su primera trilogía sobre Publio Cornelio Escipión en Ediciones B, sello bajo el paraguas del gigante Penguin.

Un cruce de golpes que viene de lejos. En concreto desde que en octubre de 2019 dos pesos pesados de la literatura española fueran coronados con el Premio Planeta. Aquel año Javier Cercas se hizo con los 600.100 euros del premio principal con Terra Alta, mientras que Manuel Vilas quedó finalista y se llevó a casa los 150.250 euros del premio con una novela titulada Alegría.

Ambos escritores habían publicado sus últimas obras de la mano del grupo editorial Penguin Random House. En el caso de Cercas, títulos como El impostor, Las leyes de la frontera y la exitosa Anatomía de un instante vieron la luz con Penguin. Vilas, por su parte, venía de publicar con Alfaguara su aclamada Ordesa, superando los 100.000 ejemplares vendidos.

Anatomía de una guerra

Mola, Posteguillo, Cercas, Vilas... Los escritores y sus obras son la munición en una contienda que no cesa entre dos grupos que se reparten el mercado editorial de nuestro país. El "robo" más o menos velado de firmas es el colorín de una historia en la que una de cada tres editoriales está vinculada a un gran grupo. Una carrera hacia la concentración editorial en la que España no es ninguna excepción.

La fusión global, pergeñada en 2012, entre los dos grandes grupos editoriales –Random House y Penguin– supuso la génesis de un gigante editorial con un volumen de negocio que rondaba los 3.000 millones de euros. Una operación que progresivamente ha ido agrupando a sellos como Alfaguara, Taurus, Aguilar, Suma de Letras, Altea, Fontanar y Punto de Lectura. Una lista a la que habría que añadir  Sudamericana, Mondadori, Plaza & Janes, Grijalbo, Lumen y Debate, que ya formaban parte del grupo.

En abril de 2017, Penguin añadió a sus filas a Ediciones B por 40 millones de euros, integrando así en su catálogo a Francisco Ibáñez y su emblemático personaje Mortadelo. Más reciente, de 2019, es la incorporación de Salamandra, sumando de este modo a un superventas de la talla de Harry Potter.

Y en esa espiral de fusiones y conglomerados, Planeta no se queda atrás. En 2012, la editorial Tusquets pasó a formar parte del grupo creado por el empresario andaluz José Manuel Lara Hernández allá por la segunda mitad del siglo XX. Una trayectoria que, setenta años después de su fundación, ha logrado concentrar a más de 50 sellos, entre ellos históricos como Seix Barral o Destino.