Este artículo se publicó hace 15 años.
La lucha contra el cambio climático requiere inversiones de 600.000 millones de dólares anuales
La ONU reveló hoy que sus expertos calculan que el mundo debe invertir entre 500.000 y 600.000 millones de dólares anuales (el 1 por ciento del Producto Bruto Mundial) en medidas de mitigación y adaptación al cambio climático si se quieren evitar las consecuencias más nefastas de este fenómeno.
Un informe de Naciones Unidas, que aborda de manera minuciosa y por primera vez cómo afrontar el cambio climático sin perjudicar el crecimiento de los países en desarrollo, insta a los gobiernos a "pensar en términos más audaces" antes de que sea demasiado tarde para reemplazar las fuentes de energía contaminantes.
Si las inversiones no empiezan ya, advierten los especialistas, "se corre el riesgo real de que se siga invirtiendo en fuentes de energía sucias que, por su larga vida útil, se convertirán en trampas que impedirán nuevas inversiones (en tecnologías limpias) durante varias décadas".
Realizar cambios marginales tampoco es una alternativa, aclaran, tras advertir que sin un cambio profundo "la pérdida permanente del Producto Bruto Mundial previsto podría alcanzar un 20 por ciento".
Los estudios de referencia realizados en los últimos años han propuesto diversas estimaciones de la financiación necesaria para afrontar el cambio climático, que van desde 180.000 millones de dólares hasta 1,2 billones (entre el 0,2 al 2 por ciento del Producto Bruto Mundial).
Sin embargo, varias de esas evaluaciones consideran que se puede esperar hasta el año 2030 para aportar esos recursos.
El informe presentado hoy -en la Conferencia Mundial sobre el Clima que se celebra esta semana en Ginebra- rechaza ese plazo y sostiene que las inversiones adicionales deben realizarse ahora.
En ese sentido, considera que los recursos bilaterales y multilaterales comprometidos a corto plazo para el cambio climático son muy insuficientes, al igual que los 21.000 millones de dólares en fondos oficiales anuales destinados a enfrentar el cambio climático, la mayoría de los cuales sirve para mitigar sus efectos (desastres naturales) y no para prevenirlos.
En una conferencia de prensa, el autor principal del informe, Richard Kozul-Wright, se declaró opuesto a las tesis de los organismos financieros internacionales que han planteado confiar en el libre mercado para generar las inversiones necesarias en este ámbito.
El especialista recordó que el problema del calentamiento global está contribuyendo a profundizar las desigualdades entre los países ricos y pobres, pues estos últimos son los que sufren sus más graves efectos.
Las proyecciones indican que por cada incremento de 1 grado centígrado en las temperaturas medias globales, el crecimiento de los países pobres bajará del 2 al 3 por ciento, mientras que el crecimiento previsto en las naciones ricas se mantendrá igual.
Por ello, sostuvo que las emisiones de gases deben reducirse, pero sin que esto amenace el crecimiento de los países en desarrollo, sus necesidades cada vez mayores de energía y sus objetivos de reducción de la pobreza.
"Quiero enfatizar que es inaceptable que la comunidad internacional piense en congelar el actual nivel de desigualdad mientras se resuelve el asunto del cambio climático", opinó.
Kozul-Wright dijo que para que los países pobres pasen a un patrón de desarrollo sostenible, los países desarrollados tendrán que mostrar hacia ellos "un nivel de solidaridad que raramente se ha visto fuera de tiempos de guerra".
Además, el experto de la ONU lamentó que el mayor conocimiento científico sobre el cambio climático y la divulgación de éstos a la opinión pública no hayan tenido un impacto positivo en los países ricos, que "siguen incumpliendo sus promesas de financiación y de transferencias de tecnologías limpias al mundo en desarrollo".
El experto defendió, asimismo, la idea de que "la financiación para afrontar el cambio climático deben reflejar la responsabilidad histórica" de los países desarrollados.
Sostuvo que en el mundo en desarrollo "actualmente no hay grandes emisores de gases" y explicó que cuando se habla de China, por ejemplo, se omite mencionar que las emisiones de este país son equivalentes a las de Estados Unidos antes de la Primera Guerra Mundial.
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