El legado de Cospedal: más paro, más deuda y menos gasto social

MADRID.- Salvo sorpresa de última hora, María Dolores de Cospedal dejará en los próximos días la Presidencia de Castilla-La Mancha, tras haber perdido en las elecciones del pasado 24 de mayo la mayoría absoluta de que disfrutaba en el parlamento de esa comunidad. Si los socialistas logran finalmente un acuerdo de investidura con Podemos, su sucesor en el cargo será Emiliano García Page, el candidato del PSOE, que recuperaría así el gobierno que el PP le arrebató en las urnas hace sólo cuatro años.

En tal caso, García Page recibirá en herencia un territorio marcado por las políticas de austeridad, de las que Cospedal ha sido defensora a ultranza, hasta el punto de haberlas promovido antes incluso de que Mariano Rajoy llegara a La Moncloa. Como consecuencia de ello, el gasto público regional de Castilla-La Mancha ascendió en 2014 (último ejercicio cerrado) a 7.235 millones de euros, casi dos mil millones menos que durante 2011, ejercicio que Cospedal compartió con el socialista José María Barreda.

Ese hachazo ha afectado directamente a servicios esenciales que en la legislatura recién concluida sufrieron una importante merma en sus recursos. El dinero total dedicado a sanidad y asuntos sociales, por ejemplo, pasó en dicho periodo de 2.814 a 2.390 millones de euros, con un retroceso superior al 15%. Mayor aun fue el descenso registrado en el presupuesto de educación, que cayó de 1.963 a 1.419 millones; es decir, cerca de un 28%.

Un balance negativo

Las políticas de austeridad de Cospedal, sin embargo, no han servido para mejorar la situación financiera de Castilla-La Mancha, a pesar de que se pusieron en marcha con ese pretexto. A finales de 2014, la deuda de la comunidad ascendía a 12.858 millones de euros, casi el doble que la existente en 2011, que cerró con 6.886 millones, según la información que periódicamente facilita el Banco de España. Durante el mismo periodo, la deuda autonómica global también creció, pero bastante menos (un 60%).

En términos de empleo, el balance de la gestión de Cospedal es todavía peor, como muestran los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Desde que llegó al poder a mediados de 2011 hasta finales del primer trimestre de este año, se destruyeron en Castilla-La Mancha 80.000 puestos de trabajo, que es más de un 10%. El número de parados, por su parte, subió de 237.600 a 284.500 (16,5%).