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Lamy asegura que se está cerca de un acuerdo clave para finalizar la Ronda de Doha

EFE

El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, aseguró hoy que en unas semanas se puede lograr un acuerdo sobre los asuntos más espinosos de la Ronda del Desarrollo de Doha, con lo que se abre la perspectiva de poner un punto final a seis años de negociaciones.

Lamy se mostró optimista en su intervención en una mesa redonda organizada por el comité de Economía y Finanzas de la Asamblea General de la ONU sobre la conclusión de la Ronda de Doha.

Aseguró que desde su última comparecencia ante este mismo comité en julio se ha logrado "un gran progreso", que se plasma en el hecho de que ahora se están discutiendo reducciones concretas de aranceles y subsidios.

"Lo bueno es que se ha pasado de pronunciamientos políticos a poner cifras sobre la mesa", subrayó.

Las negociaciones de la Ronda de Doha comenzaron en 2001 en la ciudad qatarí con el objetivo de liberalizar el comercio mundial para ayudar al desarrollo de los países menos industrializados, como un segundo paso tras la Ronda Uruguay que en 1994 abrió los mercados de 123 países.

Lamy precisó que los borradores en discusión contemplan una eliminación completa de los subsidios agrícolas a la exportación y una reducción de los subsidios internos en los países desarrollados del doble de la que se aceptó en la anterior ronda comercial.

El acuerdo en este capítulo está pendiente de "algunas concesiones de Estados Unidos", aseguró.

En cuanto a los aranceles a los productos agrícolas, la propuesta sobre la mesa recorta los más altos entre un 70 y un 60 por ciento, aunque señaló que aún la Unión Europea (UE) y Japón tienen reservas.

El tercer asunto espinoso, los aranceles a las exportaciones no agrícolas, está pendiente de países con economías emergentes como Brasil, India, Argentina o Sudáfrica, que desean contar con cierta flexibilidad para proteger "algunos sectores sensibles", dijo Lamy.

"Estoy convencido de que los miembros de la OMC saben que lo que queda por hacer vale la pena, y lo que se necesita es darle un último impulso político", agregó.

La eliminación de los subsidios y aranceles agrícolas en las economías occidentales es uno de los reclamos tradicionales de los países en desarrollo, que se quejan de que les impiden competir con igualdad de condiciones en un sector donde cuentan con ventajas comparativas respecto a los países industrializados.

Abordar los asuntos más espinosos como los subsidios agrícolas ha permitido que se pase a otros apartados, dijo el director general de la OMC, que son los servicios, la pesca y la simplificación de los trámites de exportación.

Su antecesor al frente de la organización, el tailandés Supachai Panichpakdi, estuvo de acuerdo en su intervención en la mesa redonda con la evaluación positiva del estado de las negociaciones y afirmó que "estamos muy cerca de la conclusión de la Ronda".

"Las cifras claves están sobre la mesa. Ya dejamos atrás la etapa filosófica y nos encontramos en una discusión de negocios", agregó Supachai, que desde 2005 dirige la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).

Consideró que estas negociaciones son más difíciles que las de la Ronda Uruguay, porque en ésas un grupo reducido de países determinó el acuerdo y lo presentó al resto del mundo como un hecho consumado que "debían aceptar o rechazar".

"En este caso se ha producido un superávit de democracia", agregó.

En este sentido, Lamy apuntó que al término de las negociaciones no se podrá apuntar a países perdedores porque "hay suficiente flexibilidad en su contenido como para asegurarse de que todos son ganadores".

Uno de los mecanismos que se contempla es el de la "ayuda a cambio de comercio", con fondos de cooperación a países en desarrollo para que pueden compensar posibles desajustes que la entrada en vigor del acuerdo cause a sus economías.

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