Este artículo se publicó hace 17 años.
La izquierda abertzale teme el efecto dominó
"De aquí a las elecciones de marzo vamos a acabar todos en la cárcel"
El pasado 6 de noviembre, un importante número de los juzgados en el sumario18/98 comparecieron en Bilbao. Su objetivo era “preparar” a la sociedad vasca ante la que ya entonces estaban casi seguros iba a ser una sentencia condenatoria y, a la vez, convocar una manifestación de respuesta para cuando ésta fuera dada a conocer.
Sin embargo, su comunicado también dejaba entrever otro mensaje: el temor de la izquierda abertzale a que dicha sentencia continuara con el efecto dominó iniciado en enero por la condena de los dirigentes de las organizaciones juveniles Jarrai-Haika-Segi y afectara en los próximos meses a los otros sumarios en los que están imputados numerosos dirigentes del entorno de ETA: “Se producirán otros en meses venideros –aseguraron en referencia a los casos Udalbiltza, Egunkari,a Gestoras Pro Amnistía-Askatasuna y Batasuna– acumulando acusaciones y condenas”.
Viejo temor
El temor no es nuevo. Desde la bomba de ETA contra la T-4 que rompió de hecho el proceso de paz, los dirigentes de la izquierda abertzale habían mostrado a sus interlocutores en otros partidos políticos vascos su convencimiento de que a partir de ese momento se abría para ellos un negro panorama judicial. La sentencia contra sus juventudes acrecentó sus temores, que terminaron convirtiéndose en certeza cuando, tras la ruptura formal de la tregua de ETA en junio, varios de los los principales dirigentes de Batasuna, entre ellos Arnaldo Otegi, fueron encarcelados. La operación policial de octubre contra la cúpula de la ilegalizada formación había sido el colofón hasta ayer.
Pedir el sobreseimiento
El 18/98 ya estuvo sobre la mesa durante el frustrado proceso de paz. Sectores de la izquierda abertzale pidieron a Arnaldo Otegi que exigiera en sus conversaciones secretas con el socialista Jesús Eguiguren el sobresimiento de la causa e, incluso, que la vista, que entonces aún se estaba celebrando, ni siquiera concluyese. Estaban convencidos de que el Gobierno tenía resortes para hacerlo. Los socialistas les transmitieron que eso no era posible.
Fuentes políticas vascas aseguraban ayer a Público que dirigentes de Batasuna aún en libertad les habían reconocido en privado que tenían asumido que “de aquí a las elecciones de marzo vamos a acabar todos en la cárcel”. A la espera de que sus presagios se cumplan, ayer, pedían a sus bases “poner una barricada ante estos ataques”. Casi a la vez se confirmaba que la manifestación que pidieron el 6 de noviembre los ahora condenados será el próximo domingo.
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