Este artículo se publicó hace 15 años.
La intimidad de R.E.M. fundida en negro
El documental del grupo conjuga varios géneros y estilos
Vincent Moon (París, 1979) viene a Barcelona a pasárselo bien, a conocer gente y, sobre todo, a transmitir su visión del arte en los dos intensos días que le esperan en la ciudad, donde presenta su documental R.E.M. This is not a show, en el festival de documental musical In-edit-Beefeater 2009. La película son cinco noches de julio de 2007 en el Olympia Theatre de Dublín junto con el grupo estadounidense en la intimidad, con espectadores corriendo, con los músicos ensayando canciones nuevas, con un público entregado...
"Me llamó Michael [Stipe] y yo estaba algo borracho, por lo que me costó creerme lo que me estaba proponiendo...", recuerda Vincent, entre risas. "Confió totalmente en mí y en mi trabajo, me ofreció toda su confianza". El vocalista y líder de la banda le ofreció las mejores condiciones que pueda esperar un artista para trabajar. Y Vincent, gran aficionado a la música, no las desaprovechó.
Es lo que requiere el director francés para plasmar su propósito, que trasciende el límite del directo. "Al grabar un concierto en vivo, sin más, es imposible transmitir la energía, los elementos sensoriales, la respiración, el ambiente que se vive, y eso es lo que yo pretendo", explica Moon
Sus recursos son muchos. ¿El principal? "Sublimar la realidad". En su trabajo, transita por la línea que separa el documental del cine de ficción. Asume que es imposible recrear el 100% de lo que ocurre ante las cámaras, por lo que se detiene el tiempo que haga falta en dar con el mejor camino para expresarse. Y hay tal variedad de opciones que resulta difícil la elección. Trata de superar la división de géneros y, lejos de etiquetarse, apuesta por la mezcla de influencias. Cree que actualmente hay muy pocos artistas influidos por un único estilo porque "estamos en una sociedad global". "Todo arte ha pasado a ser una mezcla total de géneros y esa fusión de formas de arte me interesa muchísimo", añade.
El arte de lo ordinario"Lo que me gusta es el arte en directo y, como lo que tengo entre manos no es una guitarra, sino una cámara, la utilizo como herramienta social. Por eso digo que ser director es para mí un pretexto para conocer la realidad y transmitirla". El resultado se puede ver en el documental que presenta. Utiliza el blanco y negro para resaltar los contrastes: "Me preguntan si utilizo un negro demasiado oscuro a propósito. Y sí, por supuesto, es una manera de provocar al espectador para que intervenga, para que imagine, para que participe..."
"Quiero encontrar el arte en las cosas ordinarias, cotidianas", sostiene. Para ello le interesa la contemplación del mundo, abriéndola al espectador: "Como en toda obra de arte, el público tiene que llegar a sus propias conclusiones, completar la obra, de alguna manera".
La filmografía de Moon tiene poco que ver con el videoclip. "Por lo general, la diferencia es enorme porque en el vídeo domina la música sobre el cine y yo creo que cine y música deben estar a la par". Sin embargo, el autor, que reconoce haberse pasado cuatro años tragándose películas de vídeo porque abrió una tienda de alquiler de DVD, se ha alejado del séptimo arte: "Durante la última década me he empapado de arte en directo: exposiciones, conciertos... Y ahora no puedo ver una película de cine: la mirada se me escapa por la ventana, porque estoy fascinado por la interacción entre los seres humanos. Y eso no lo encuentro en el cine".
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