Este artículo se publicó hace 17 años.
Se inicia la cuenta atrás para la apertura de la gran ampliación del Prado
Con la inauguración de la exposición "El siglo XIX en el Prado" el próximo martes en los nuevos espacios diseñados por Rafael Moneo en torno al área de los Jerónimos, el Museo del Prado pone en marcha la ampliación más significativa de sus casi doscientos años de existencia.
El proyecto incluye también la incorporación a la vida cotidiana del museo del Casón, futuro Centro de Estudios, cuyas obras de adecuación permiten contemplar con todo su esplendor la "Alegoría del Toisón" de Luca Giordano. En el futuro, se acometerá la incorporación del Salón de Reinos, anterior Museo del Ejercito, conformando así un Campus museístico que reforzará la oferta del llamado "paseo del arte".
Con un presupuesto total de 152 millones de euros, el nuevo edificio de Moneo, en el que hoy se ha presentado la exposición "El siglo XIX en el Prado", incorpora más de 22.000 metros cuadrados de superficie, un incremento de más de un 50% sobre la superficie actual, y permite disponer de forma más ordenada y amplia de los servicios públicos y funciones relacionadas con la exhibición y conservación de las colecciones del museo.
Desde el exterior, el enlace entre el nuevo espacio y el Palacio de Villanueva queda oculto por una plataforma ajardinada de boj. El nuevo volumen de ladrillo y granito edificado en torno al antiguo Claustro- en el que se exhiben la colección de esculturas de los Leoni perteneciente al Prado- se alinea con la fachada de la Iglesia de los Jerónimos dejando ver desde el exterior parte de la arquería restaurada y restituida y su fachada se abre al exterior a través de las monumentales puertas de bronce realizadas por la escultora Cristina Iglesias.
La ampliación ha permitido recuperar la entrada principal del edificio de Villanueva, la puerta de Velázquez, rehabilitada para conectar este acceso de forma directa con los nuevos espacios a través de la gran sala basilical, convertida ahora en Sala de las Musas donde se muestran las ocho estatuas que forman la colección de Cristina de Suecia.
El interior se distribuye en tres plantas de acceso público y cinco entreplantas destinadas a servicios internos del museo. La entrada principal del edifico Villanueva, la puerta de Velázquez,
Junto a ésta, dos nuevas entradas dan acceso a un amplio vestíbulo que conecta los dos edificios y donde se sitúan los principales servicios de atención al visitante, así como la tienda y cafetería.
El nuevo edificio dedica una parte importante de su extensión a la conservación y movilidad de sus colecciones, con talleres de restauración, laboratorios, gabinete de dibujos y grabado y depósitos de las colecciones no expuestas, situadas en las cinco entreplantas comunicadas internamente y que permiten desarrollar una mayor actividad de conservación sin alterar el normal funcionamiento de la vida pública del museo.
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