Este artículo se publicó hace 15 años.
Ibi se enharina para celebrar su peculiar fiesta de invierno
"Els enfarinats" han "tomado" por un día el poder de la villa alicantina de Ibi a golpe de escaramuzas y batallas de harina, huevos y cohetes
En esta tradición, que se remonta a algo más de 200 años de antigüedad, "els enfarinats", ataviados con atuendos estrafalarios y con el rostro completamente embadurnado de harina, someten bajo su "mandato" a la localidad juguetera durante la festividad de los Santos Inocentes y recaudan fondos ("impuestos") en los comercios, dinero que se destina a entidades benéficas.
Una de las características de esta representación, "única en todo el mundo", según fuentes municipales, es que todo aquel ciudadano que incumpla la "ley" del gobierno ficticio está obligado a pagar una multa si no quiere acabar cubierto de harina.
Las "víctimas" de la "contienda" han sido, como siempre, la oposición al gobierno ficticio y los viandantes que no se han rendido a las exigencias de los enharinados.
El nuevo alcalde de los "golpistas", Ramón Bernabeu, ha afirmado en el transcurso de la batalla que no se habían producido por el momento incidentes en ninguno de los dos bandos -"els enfarinats" y la oposición-. "Algún que otro rasguño. Nada más", ha comentado.
Hacia el mediodía, el absurdo y las excentricidades de los enharinados se han extendido a todo el centro urbano de Ibi, donde éstos han campado a sus anchas y se han enfrentado a la oposición en una batalla que se repite todos los años y a la que han estado expuestos también los transeúntes que inocentemente han cruzado los dominios de los "golpistas".
Esa parte de la villa se ha cubierto de una gran nube blanca de harina en la que apenas se podía ver a los protagonistas de la contienda de harina y huevos.
Al final de la "encarnizada" lucha, la oposición se ha doblegado a "els enfarinats" en la escalinata de la iglesia de la Transfiguración del Señor.
Se firma la paz con el fin de recaudar fondos para un asilo
Con la rendición de la oposición, ha llegado el armisticio y los dos bandos rivales se han unido por una causa común: recaudar fondos (falsos impuestos) para el Asilo de Ancianos San Joaquín de Ibi.
La recaudación de estos "impuestos" se realiza entre los establecimientos comerciales de la localidad y los viandantes que osan pasar por los dominios de "els enfarinats" e incumplen las órdenes excéntricas de los "golpistas", tales como: "no se puede ir ni por los tejados, ni por la calle, ni por la sombra".
La jornada festiva finalizará con el 'ball del Virrei' ('baile del Virrey') y la 'dançà' ('danza'), un acto en el que participarán mujeres vestidas con lujosos trajes, hombres cubiertos con elegantes capas y otros peculiares personajes conocidos como "els tapats", que van disfrazados de las formas más variopintas y con máscaras.
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