Este artículo se publicó hace 13 años.
Hormona de crecimiento purificada no genera enfermedad cerebral
Por Genevra Pittman
Los niños de baja estaturatratados con la hormona de crecimiento humana a partir de 1977,cuando los científicos comenzaron a purificarla, no son tanpropensos como los que la recibieron antes de esa fecha a unaenfermedad cerebral devastadora similar a la "vaca loca".
Estudios previos habían identificado un patrón preocupantede casos de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) en losusuarios de la hormona entre los años 60 y mediados de los 70.La ECJ provoca un deterioro rápido del funcionamiento mental yla muerte en un año.
Aunque ahora la hormona se produce en el laboratorio, sinriesgo de contaminación con la ECJ, la enfermedad puede demorarvarios años en manifestarse. De modo que quienes recibieroninyecciones de hormona de crecimiento hasta 1985, cuando aúnera un derivado humano purificado, estarían preocupados por elriesgo de desarrollar la enfermedad cerebral.
Un nuevo estudio, según afirman sus autores, eliminará esetemor.
"SIEMPRE EN FALTA"
Durante muchos años, los científicos intentaron tratar apersonas con enanismo y niños muy bajos con hormonas de origenanimal, que nunca funcionaron.
Luego, al final de la década de 1950, un investigadordescubrió que las hormonas extraídas de seres humanos ayudaríana los niños bajos a crecer y, pronto, comenzó un programa enEstados Unidos para proporcionarles la hormona de crecimientohumano (hCH) a los endocrinólogos pediátricos que atendían aesos pacientes.
"Fue un programa muy popular. Mucha gente exigió que sushijos recibieran la hormona, por lo que siempre estaba enfalta", recordó el doctor Lawrence Schonberger, coautor delestudio e investigador de los Centros para el Control y laPrevención de Enfermedades de Estados Unidos, en Atlanta.
La glándula pituitaria, ubicada cerca de la base delcerebro, produce la hormona de crecimiento. Los científicossabían que las hormonas no eran tan puras y que existíanalgunos riesgos, dijo Susan Cohen, periodista.
Cohen es autora de Normal at Any Cost: Tall Girls, ShortBoys (Normal a Cualquier Costo: Niñas altas, niños bajos) yMedical Industry's Quest to Manipulate Height (Búsqueda de laIndustria Médica por Manipular la Estatura).
UN PRODUCTO MAS PURO
La producción de la hCH cambió en 1977 en el laboratoriodel doctor Albert Parlow, del Centro Médico Harbor de la UCLA,en California. Parlow asegura que su laboratorio inició unapurificación muy cuidadosa, a diferencia de los científicos quequerían producirla en serie.
Ocho años después, los médicos comenzaron a detectaralgunos casos de ECJ, que aparece en la edad adulta, enpacientes jóvenes que habían recibido hCH no tan pura.
La enfermedad aparece cuando un prión, un tipo de proteínapatógena, hace que otras proteínas del cerebro se plieguen demanera anormal y dejen de funcionar.
Dado que la enfermedad puede tardar 20 años o más enmanifestarse, "cuando se descubrieron los casos de la ECJ enniños tratados con la hormona parcialmente purificada, ya eramuy tarde", dijo Parlow a Reuters Health. Al poco tiempo dehaberse suspendido la producción de la hCH en Estados Unidos,apareció su versión sintética.
Investigadores buscaron a todos los pacientes del programanacional para determinar cuándo habían tomado las hormonas y sialguno tenía la ECJ diagnosticada.
Y así surgieron los datos del nuevo estudio, publicado enJournal of Clinical Endocrinology & Metabolism, sobre 5.570personas tratadas en Estados Unidos entre 1963 y 1985. Todashabían comenzado el tratamiento antes de 1977 y a 22 se lesdiagnosticó ECJ.
El estudio no prueba que ninguno niño tratado entre 1977 y1985 vaya a desarrollar ECJ, pero sí que son mucho menospropensos a enfermarse que los pacientes tratados antes de1977. "Ahora podemos decir que el riesgo será mucho más bajoque antes", señaló Schonberger.
Otros países indemnizaron a las personas tratadas con lahormona impura y sancionaron judicialmente a algunos de losmédicos que la administraron.
"Esto nos recuerda: 'La lección es que no sabemos tantocomo pensamos'. Este debería ser uno de los hechos más trágicosde la medicina", dijo Cohen.
FUENTE: Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism,online 3 de agosto del 2011
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