Este artículo se publicó hace 17 años.
Una hoja manuscrita de Mozart se adjudica por la cifra récord de 155.000 euros
Una de las dos únicas hojas manuscritas que se conservan de la partitura de la "Sinfonía Concertante", de Mozart, se subastó hoy en Londres por 110.900 libras (155.260 euros), informó la casa Sotheby's.
El lote, que atrajo a postores de todo el mundo, batió un récord al alcanzar el mayor precio pagado nunca por un sólo folio autógrafo de la música de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).
La anterior marca se cifraba en 89.500 libras (125.300 euros), desembolsados también en Sotheby's en 1998 por una página del "Rondo para Piano y Orquesta en A mayor K.386".
El manuscrito de la "Sinfonía Concertante" para violín, viola y orquesta, cuyo precio máximo de salida era de 100.000 libras (140.000 euros), fue adjudicado a los marchantes londinenses Maggs Brothers, que pujaron en nombre de un cliente.
"Su importancia, como la única hoja de Mozart más importante que ha aparecido en el mercado durante las últimas décadas, se refleja en el precio que ha alcanzado", señaló Simon Maguire, especialista del departamento de música de Sotheby's.
Esa composición, datada en torno a 1779, no es sólo una de sus grandes obras, sino que se considera clave en la evolución del joven Mozart, ya que en ella el genio salzburgués alcanza el nivel de maestría musical en el que se cimenta su fama.
Pese a su importancia, la familiaridad del mundo musical con esa pieza se deriva exclusivamente de las partituras impresas, ya que el manuscrito original se cree que está perdido y sólo se conservan dos hojas adicionales que contienen dos cadencias, según Sotheby's.
La circunstancia que otorga un extraordinario valor al manuscrito autógrafo es, sobre todo, el hecho de que las cadencias se suelen improvisar, por lo que no es necesario que el compositor las anote.
En este caso concreto, sin embargo, dado que Mozart escribió su concierto para dos instrumentos, se ocupó de anotarlas por separado para evitar que el violín y la viola improvisasen cada uno por su cuenta y pudiesen entrar en conflicto.
"Para que el sonido de la viola se ajustase al brillo del violín (...), Mozart escribió la parte para aquélla en otra tonalidad como forma de compensarlo", afirmó Simon Maguire.
"Es como tener que pensar en dos tonalidades o lenguajes musicales al mismo tiempo, algo que Mozart logró mientras iba componiendo en su cabeza. Es todo un logro, se mire por donde se mire y, a juzgar por el manuscrito, algo que consiguió a un ritmo endiablado", agregó el experto.
Aunque se menciona en la literatura sobre las composiciones que nos ha dejado Mozart, antes de salir a subasta, el manuscrito del compositor llevaba muchos años sin ser visto en público e, incluso, sin que los especialistas tuviesen acceso al mismo para estudiarlo.
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