Este artículo se publicó hace 14 años.
Los haitianos entierran al arzobispo fallecido en el seísmo
Por Patrick Markey y Matthew Bigg
Después de más de una semana de buscar supervivientes atrapados entre los escombros, Haití se preparaba el sábado para enterrar a los muertos por el seísmo en medio de indicios de que la vida diaria en el devastado país comenzaba a reanudarse.
Se espera que una gran multitud asistiera al funeral del arzobispo Joseph Serge Miot en Puerto Príncipe, quien falleció en el terremoto que destruyó la capital el 12 de enero. El funeral tendrá lugar en el exterior de las ruinas de la catedral Nôtre Dame.
"Como arzobispo, tiene el privilegio de ser enterrado en la catedral, pero como la catedral quedó destruida, será llevado al cuando se construya una nueva, y no sabemos cuándo sucederá", dijo el arzobispo Bernardito Auza, el embajador del Papa para este país de mayoría católico a la agencia Catholic News.
En medio del dolor, se ven indicios de que Haití vuelve a la vida. Los bancos tienen previsto abrir el sábado y las agencias de envíos de dinero realizaron rápidas transacciones el viernes.
"Quiero obtener algo de dinero enviado por mi familia desde Canadá. Son 500 dólares, pero es difícil. Hay tantas personas", dijo el empresario Aslyn Denis, de 31 años, mientras esperaba en una fila con cientos de personas en el exterior de la oficina de Unitransfer.
Un gran supermercado, Big Star Market, reabrió sus puertas en el barrio de Petionville, vendiendo de todo: desde jamón y carne de cabra hasta bombones para el Día de San Valentín, pero su gerente dijo que tenía productos para sólo una semana o dos y que no había recibido suministros.
Aunque la ayuda de todas partes del mundo ha llegado a la destrozada ciudad en un enorme plan liderado por Estados Unidos, los supervivientes del seísmo acampados en las calles llenas de escombros se quejaban amargamente de que no están recibiendo alimentos.
"Estamos hambrientos, tenemos sed, no podemos aguantar más. Queremos comida, queremos agua. Abajo Préval. Viva Obama", gritaba un grupo de manifestantes fuera de la estación de policía donde el Gobierno del presidente René Préval cumple sus funciones. La policía hizo retroceder a algunas decenas de manifestantes.
Préval, cuyo palacio presidencial y hogar se hundieron en el temblor que mató hasta a unas 200.000 personas, dijo que su Gobierno y socios internacionales están haciendo todo lo posible para asistir a los cientos de miles de supervivientes.
"No estamos sentados sin hacer nada. Sé el tamaño del problema y cuánta gente está sufriendo", dijo.
El presidente estadounidense, Barack Obama, envió una numerosa fuerza militar para encabezar los esfuerzos de ayuda internacional.
SUPERVIVIENTES
En una carrera contra el tiempo para hallar supervivientes atrapados, los equipos de rescate encontraron el viernes a dos personas con vida. Una mujer de 84 años fue rescatada de un edificio destrozado y evacuada por barco por el Ejército de Estados Unidos, dijo el médico que la asistió.
"La sacaron a primera hora esta mañana. Apenas respondía, tenía heridas por todo el cuerpo, y gusanos", declaró el doctor Vladimir Larouche, un médico haitiano-estadounidense de Nueva York que trabajaba en el Hospital General de la capital.
En otro lado de la destrozada ciudad, un equipo israelí de rescate liberó a un joven de 22 años de entre los escombros.
Hasta 1,5 millones de haitianos han perdido su hogar. Las agencias de ayuda estiman que un tercio de los nueve millones de habitantes de Haití necesitarán alimentos, ayuda y refugio de emergencia durante un largo período.
"Podemos estar haciendo esto 24 horas al día durante los próximos seis meses y aún no atenderemos a todas las necesidades", dijo el sargento Rob Farnsworth, de la unidad aerotransportada del Ejército estadounidense encargada de entregar paquetes de alimentos en un campamento de supervivientes al aire libre.
Edmond Mulet, jefe interino de la misión de paz de la ONU en Haití, dijo que la coordinación en la entrega de la ayuda está mejorando cada día, pero Henriette Chamouillet, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Haití, dijo que los problemas continúan.
Chamouillet dijo que el primer ministro haitiano se quejó en una reunión con trabajadores de emergencia que sólo el 10 por ciento de la población en los campamentos improvisados ha recibido algún tipo de alimento, mientras que en otros lugares se entregó tres veces más de lo que necesitaban.
Se han prometido más de 1.200 millones de dólares para ayudar a reconstruir carreteras, edificios gubernamentales y casas, pero el Banco Mundial dijo que se necesitará mucho más para que Haití vuelva a la normalidad.
El Fondo Monetario Internacional instó a las naciones donantes que se reúnen la próxima semana en Montreal a que adopten un Plan Marshall para Haití, similar al esfuerzo de Estados Unidos para ayudar a reconstruir Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
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