Este artículo se publicó hace 13 años.
La guerra entre Camps y los zaplanistas rompe el PP en Benidorm
Gema Amor, líder del partido en la localidad alicantina, acusa a Camps de moverse por el "rencor" y anuncia que encabezará otra candidatura el 22-M
La bronca soterrada en la que vive desde hace ocho años el PP de Alicante ha terminado por romper el partido en Benidorm. Gema Amor, destacada dirigente conservadora que acumula los cargos de presidenta local, concejala, presidenta del Patronato Provincial de Turismo, diputada autonómica y exconsellera del Gobierno valenciano, abandonó el lunes las siglas conservadoras. Amor se despide del PP pero no de la política: encabezará la lista de otro partido, el Centro Democrático Liberal (CDL), con el que, presumiblemente, arrebatará un buen número de votos al PP.
El episodio es el penúltimo de una pelea interna que, lejos de cerrarse con el tiempo, está ya enquistada. Por un lado, está el llamado zaplanismo, los militantes que compartieron el poder con el expresident de la Generalitat y exministro Eduardo Zaplana, y que conservan algunos feudos como la Diputación de Alicante, presidida por José Joaquín Ripoll. Por otro lado, está Francisco Camps, que desde que llegó al poder en 2003 ha intentado denodadamente desalojar a los afines a su antecesor. Hoy, controla férreamente casi todo el aparato del partido, a excepción de los irreductibles zaplanistas.
El conflicto entre Camps y los zaplanistas se arrastra desde 2003
El conflicto parecía prácticamente zanjado en 2009, pero una victoria de Ripoll en el congreso provincial de ese año, después de una agria pelea entre los dos sectores por captar el voto de los militantes, reavivó viejos rencores. La debilidad política de Camps debido a los escándalos de corrupción que le salpican terminó de alentar las ambiciones zaplanistas. El último motivo de conflicto ha sido la elaboración de las listas autonómicas, en las que Camps no ha dejado ni un solo hueco para el sector rival.
Benidorm es desde hace años uno de los escenarios del conflicto. Las tensiones han sido continuas entre Amor, presidenta local y zaplanista, y Manuel Pérez Fenoll, exalcalde campsista. El pasado febrero, Amor intentó ser la candidata a la Alcaldía y así se lo hizo saber a la dirección regional. La respuesta fue un no rotundo. Amor fue además excluida de la candidatura autonómica.
La ruptura se consumó el lunes por la noche, último día para formalizar candidaturas para el 22-M. Amor y Fenoll negociaron durante todo el día una lista de consenso. La dirección nacional del partido, a través de Ana Mato, vicesecretaria de Organización, intentó mediar. Pero fue en vano. Cinco minutos antes de que se acabara el plazo, en medio de la noche y a la carrera, los dos formalizaron sus respectivas listas en medio de mutuas acusaciones de engaño.
Adiós con críticasAyer, aparentemente aliviada después de soltar el lastre de las siglas, Amor se sintió libre para criticar a su expartido. Y, especialmente, a Camps. Le acusó de ejercer "la marginación y la exclusión" como "práctica habitual". "Este partido se mueve en los últimos años por rencor y por envidias. Difícilmente puede ilusionar a la ciudadanía". Amor recordó, además, que su caso no es una excepción. En los últimos años, "ha habido escisiones en Calpe, Elche, Torrevieja, Villajoyosa, militantes críticos con Camps, militantes válidos que han sido excluidos de las listas".
Su marcha del partido debilita al zaplanismo. Amor, que además se lleva a un buen número de militantes, era uno de sus principales bastiones. Por eso, ayer había expectación en torno a la reacción de Ripoll. El presidente de la Diputación que también está imputado en el caso Brugal reprochó a su excompañera su falta de "lealtad", pero también se lamentó de que "no se haya podido ser más flexible a la hora de acceder a unas peticiones que no eran excesivas", en alusión a las resistencias de Fenoll de ceder puestos en la lista a los afines a Amor.
Por su parte, Fenoll emitió un comunicado en el que afirmó que "Amor ya es historia" y aseguró que intentó llegar a un acuerdo, pero ella "declinó" el ofrecimiento. El PP regional guardó silencio oficial sobre la marcha de Amor. Pero no el nacional.
Ana Mato lamentó la decisión tomada. Pero censuró que "haya supeditado sus intereses personales a los del partido". "No le honra haber dado ese paso", añadió. Para intentar zanjar la herida abierta, insistió en que el PP ha presentado "una lista magnífica en Benidorm", informa Yolanda González.
El PP nacional no teme una sangría de votos. "Los afiliados censurarán su actitud", señalaron en el partido.
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