Este artículo se publicó hace 13 años.
Golpes menores y reiterados en la cabeza afectarían las habilidades mentales
Por Genevra Pittman
Un nuevo estudio realizado enEstados Unidos sugiere que algunos jugadores estudiantiles dehockey y fútbol americano rendirían menos de lo esperado en lostest de aprendizaje luego de una temporada con muchos golpes enla cabeza, incluso aunque ninguno llegase a ser una contusión.
Sin embargo, en general las habilidades mentales de esosjugadores serían similares a las de los corredores y deportistasde otras disciplinas sin contacto físico.
Estos resultados aparecen mientras crecen loscuestionamientos a la Liga Nacional de Fútbol Americano enEstados Unidos por su inacción ante los posibles efectos de laslesiones cerebrales en sus jugadores.
Un equipo de investigadores halló que antes del comienzo dela temporada de juegos, un grupo de jugadores universitarios dehockey y fútbol americano tenían tanta agudeza mental como losdeportistas de disciplinas sin contacto físico.
Pero uno de cada cinco atletas de los deportes de contactoparecía padecer algunos de los efectos de una temporada degolpes en la cabeza.
"En resumen, es una buena noticia y aporta algo detranquilidad ante la enorme preocupación existente", dijo elautor principal, doctor Thomas McAllister, de la Escuela Geiselde Medicina de Dartmouth, en Lebanon, New Hampshire.
No obstante, el experto agregó que el estudio "plantea unapregunta: ¿existe un subgrupo de personas al que los golpesreiterados en la cabeza le harían daño?".
El equipo de McAllister reunió a los atletas de la DivisiónI de Dartmouth College, Brown University y Virginia Tech.
Al comienzo y al final de las temporadas, 214 jugadores dehockey y de fútbol americano y un grupo de control de 45 atletasde deportes sin contacto físico (atletismo, remo o esquí)realizaron test cognitivos.
Los jugadores de hockey y fútbol americano recibieron cascosespeciales para registrar la información de cada uno de losgolpes, incluida la aceleración de la cabeza después delimpacto.
Durante la temporada, los cascos registraron unos 469 golpespor atleta, un promedio de entre uno y más de 2.000 impactos. Seexcluyó a los atletas con una contusión durante el estudio.
El equipo no halló diferencia en el rendimiento de ambosgrupos de atletas en la batería de pruebas cognitivas y de lamemoria, ya sea antes o después de la temporada de juego.
Pero en uno de los test de aprendizaje realizado a unsubgrupo de 100 atletas, el 22 por ciento de los jugadores dehockey y fútbol americano tuvo un rendimiento menor que elesperado en el final de una temporada y que el registrado en lapretemporada.
En cambio, eso ocurrió en apenas el 4 por ciento del grupode control, según publica la revista Neurology.
"No sabemos cuánto tiempo ese subgrupo padeció ese bajorendimiento. Si los volvíamos a evaluar a los seis meses, quizásestarían bien", dijo McAllister.
El autor comentó también que no hubo una asociación claraentre la cantidad de golpes recibidos en la cabeza, ni sugravedad, con los resultados de los test al final de latemporada.
"Tampoco queremos que los atletas piensen 'A menos que sufrauna contusión, no me tendría que preocupar por el deteriorocognitivo'", dijo Paul Comper, de la Universidad de Toronto.
Y agregó que se están desarrollando herramientas para medirlos golpes en la cabeza y que es posible que los cascosutilizados en el estudio no registraran toda la informaciónimportante.
Algunos autores declararon lazos comerciales con laindustria que desarrolla esos cascos.
FUENTE: Neurology, online 16 de mayo del 2012
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