Fue uno de los fundadores de Canal+ España y desde sus artículos ha analizado el fenómeno de la posmodernidad. En la actualidad, Juan Cueto Alas (Oviedo, 1942) prepara su regreso al papel. Será el próximo mes con Cuando Madrid hizo pop. De la posmodernidad a la globalización (Editorial Trea), un volumen de 400 páginas en el que se recopilan algunos de sus mejores artículos y se incluyen otros que nunca vieron la luz. Entre purito y purito, analiza el sector audiovisual.

¿Qué ocurrió cuando Madrid hizo pop'?

En España tuvimos una modernidad aplazada, que coincidió con la Transición. En el libro se habla de la Transición, un momento fundamental de la modernidad española que, sumada a la movida madrileña, fue un estallido. De ahí el título.

El libro nos lleva también a la globalización. Ese siguiente paso, ¿nos hizo a todos posmodernos?

En el libro salen los artículos en los que hablaba de la globalización. Fueron los primeros en España y entonces sonó muy moderno, porque era la primera vez que se veía el país desde la perspectiva de la globalización.

Lo que vino a partir de entonces, ¿era lo esperado?

Todo eso fue lo que desencadenó la crisis. Porque la crisis con mayúsculas fue aquella: el cambio de un modelo de producción a otro distinto. Una sociedad menos vinculada al eje de la industrialización y un modo de vida que no tenía nada que ver con lo anterior.

Ahora que ya no está en Canal +, ¿cómo vive la lucha entre los grandes grupos audiovisuales?

Lo veo con muchísima preocupación. Veo la imagen de Berlusconi con Telecinco con un poder total. Estoy muy preocupado porque proyectos como Cuatro o CNN + se está demostrando que no tienen salida. Creo que acabaremos en manos de los grandes magnates, y que los españolitos acabaremos reduciéndonos a lo que somos: muy poca cosa.

¿Cómo recuerda el nacimiento de Canal + España? La cadena sentó sus raíces en el cine y en el fútbol, que no era de interés general.

Cascos intentó liquidar Canal+ decretando el interés general del fútbol, porque era una manera para acabar con la cadena. Yo recuerdo todos los años que estuve en Canal+ haciendo pedagogía, demostrando que la televisión del futuro era la de los grandes acontecimientos, es decir, del fútbol y del cine. Me acuerdo de que absolutamente todos, incluso la gente de Prisa y Juan Luis Cebrián, me decían que no era posible la televisión de pago en España. La pena es que pudimos ser los primeros de Europa cuando estábamos unidos con Canal+ Francia y no lo fuimos. Perdimos la ocasión, y lo digo sin animadversión.

El cine español está en crisis, pero casi todas las películas tienen detrás una cadena. ¿Cómo se explica?

La televisión de pago tiene la obligación de invertir en cine, y es fácil de entender. Si tienes millón y pico de abonados, antes de que se hagan las películas pides los derechos de antena. Se empezó así y luego todo el mundo se acordó de la televisión como elemento fundamental en la financiación del cine. Pero lo más fácil es que la financiación sea previa. Eso puede garantizar mucho mejor el sistema de producción del cine, aunque también fue algo que se perdió. Ahora las televisiones, sobre todo Telecinco, están metidas en las películas, pero no creo que sea una estrategia del mundo del cine. Es así porque a Telecinco le interesa, sobre todo para copar el mercado. Además de la televisión, a Berlusconi le preocupaba el cine. Fue el primer financiero del cine italiano.