Este artículo se publicó hace 15 años.
Un gigantesco dominó simbolizará el fin de la división europea
Con el derribo de una cadena de gigantescas piezas de dominó que simbolizará la caída del muro de Berlín culminarán este lunes los actos del 20 aniversario de ese acontecimiento que supuso el fin de la división de Alemania y Europa.
Ese acto simbólico culminará las celebraciones en la Puerta de Brandeburgo, donde la canciller Angela Merkel reunirá a estadistas de todo el mundo para festejar la revolución pacífica que llevó a la caída del Telón de Acero y, menos de un año después, a la reunificación de Alemania.
Berlín está invadida por decenas de miles de turistas que no quieren perderse el despliegue de medios que ha tenido lugar con motivo de este cumpleaños y que supera con creces el programa festivo de hace diez años.
La ocupación hotelera es prácticamente del cien por cien, y desde primeras horas del sábado están abarrotados todos los puntos de la ciudad en los que hay algún trozo de muro o otro tipo de símbolo que recuerde la división del país.
Los actos protocolarios por la caída del Muro de Berlín comenzarán pocas horas antes con una recepción en el Palacio de Bellevue por el presidente de Alemania, Horst Köhler, que recibirá a sus invitados ya entrada la noche al final de un espectacular pasillo formado por soldados con antorchas.
Invitados especiales serán los representantes de las cuatro potencias aliadas que se repartieron Berlín al término de la Segunda Guerra Mundial, los presidentes de Rusia y Francia, Dmitri Medvedev y Nicolas Sarkozy, el primer ministro británico, Gordon Brown, y la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien está en Berlín a partir de hoy.
Las autoridades alemanas cuentan también con la presencia de jefes de Estado y Gobierno de los 27 países miembros de la Unión Europea, entre ellos el español Jose Luis Rodríguez Zapatero, que llegará a Berlín junto a su colega polaco, Donald Tusk, tras celebrar una reunión bilateral en el balneario polaco de Sopot.
Todos ellos, acompañados también por destacados activistas de la revolución pacífica en la RDA, se desplazarán seguidamente a la Puerta de Brandeburgo para asistir a un breve concierto de la Staatskapelle de Berlín y el coro de la Staatsoper Unter den Linden bajo la dirección del argentino-israelí Daniel Barenboim.
También actuarán brevemente el grupo clásico Adoro, el cantante Jon Bon Jovi, el grupo percusionista Stamping Feet, Paul van Dyck, que estrenará su himno creado para la ocasión "We are one", y Christian Steinhäuser.
Y todos los estadistas e invitados cruzarán después unidos y simbólicamente la Puerta de Brandeburgo para escuchar sendas intervenciones de Merkel, el alcalde-gobernador de Berlín, Klaus Wowereit, y los representantes de las cuatro potencias aliadas que se repartieron Berlín tras la guerra.
El acto solemne acabará con el derribo de la cadena de piezas gigantes de dominó de 1,5 kilómetros de longitud a lo largo del trazado del antiguo Muro de Berlín, pintadas por numerosos artistas, escolares y estudiantes para recordar la caída del Telón de Acero y el fin de la división de Berlín, Alemania y Europa.
Los invitados a las celebraciones por el aniversario de la caída del Muro de Berlín serán agasajados después durante una cena en la Cancillería Federal por Merkel y su marido, el científico Joachim Sauer.
Antes y a primeras horas de la tarde, la canciller alemana, acompañada por los Premio Nobel de la Paz Mijail Gorbachov y Lech Walesa se habrá acercado al antiguo puesto fronterizo interalemán de la Bornholmer Strasse, donde darán un paseo por el antiguo trazado del Muro.
Convertido ya en un museo, el puesto fronterizo de la Bornholmer Strasse fue el primero en abrir sus barreras la noche del 9 de noviembre de 1989 para dar lugar a un flujo de miles de ciudadanos germano orientales ansiosos por conocer el sector occidental de la ciudad, que les había estado vetado durante casi tres décadas.
La propia canciller alemana, que trabajaba entonces como física en Berlín Oriental, cruzó esa noche mágica el muro de Berlín por ese lugar y, según ha confesado, celebró con cerveza la caída del Muro en casa de unos desconocidos en el sector occidental de la ciudad.
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