Este artículo se publicó hace 16 años.
El Getafe sobrevive al día más gris de su historia
Los nubarrones que sobrevolaban la Ciudad Deportiva del Getafe estallaron y mojaron sin piedad el césped del campo de entrenamiento del equipo que representa al sur de la Comunidad de Madrid. En un acto cruel, la tempestad, tras la terrible eliminación de la UEFA, no dio tregua en el peor día de resaca de la historia del club.
Poco a poco, a cuentagotas, los jugadores del conjunto "azulón" fueron haciendo acto de presencia en el entrenamiento preparado por Michael Laudrup. Pablo Redondo y Jaime Gavilán, casi los últimos en llegar, aparecían con cara de tristeza. "Aquí estamos, aguantando", decía Gavilán antes de pisar el césped.
Sin embargo, los futbolistas que casi eliminan al Bayern de Múnich en un partido épico, que pasará a la historia del fútbol español, no estaban solos. Múltiples aficionados, ubicados en la grada, se encargaron de levantar la moral a su ídolos con sus gritos de ánimo.
Después de una charla de Michael Laudrup, comenzó la carrera alrededor del campo. Al principio, los futbolistas, algo cabizbajos, completaban las vueltas sin demasiada pasión. Después, la hinchada del Getafe, comenzó a aplaudir a la plantilla madrileña cada vez que pasaban por delante del graderío. Las cabezas comenzaron a elevarse. Todos miraban ya al frente, arropados por el cariño de los valientes que desafiaron al frío para animar a los héroes del Coliseum.
Hasta los obreros encargados de construir un campo de fútbol anexo al terreno de juego donde se entrena la primera plantilla del club colaboraron para que los jugadores no se hundieran. Subidos a una excavadora, fueron los primeros en romper el silencio de la mañana: "¡¡Sois los mejores!! ¡¡Nadie tiene más cojones que vosotros!!¡¡Arriba esos ánimos, el miércoles ganáis la Copa!!, gritaban.
El siguiente objetivo fue el "Pato" Abbondanzieri. El argentino erró en el segundo gol del Bayern de Múnich. Hoy, nadie se lo recordaba. Cuando se separó del grupo para entrenarse con los porteros, recibió una ovación cerrada. Nadie olvida que más de una vez "el Pato" ha sido el salvador del equipo y hoy se lo agradecieron con aplausos y sin reproches.
La aparición de Ángel Torres en el último momento del entrenamiento acabó por levantar la moral de los jugadores. El presidente fue el más aplaudido. No se lo pensó dos veces. Primero, abrazó al "Pato", a Belenguer y a Braulio. Después saludó a Laudrup, uno de los artífices del milagro del Getafe. Entonces, se sentó y miró el final de la sesión con interés y pensativo.
"El fútbol nos debe una", aseguró Torres poco antes, durante la presentación de los trenes que llevarán a los aficionados del Getafe hacia el escenario de la final de la Copa del Rey. Eso mismo pensaban los jugadores del Getafe mientras corrían alrededor del campo de la Ciudad Deportiva.
Mientras, intentaban sobrevivir al día más gris de la historia del Getafe. Éste se hizo largo, pero cuando acabó la jornada, lo lograron. Lo peor había pasado. La afición del club levantó la moral de sus jugadores. Todos piensan ya en ganar la Copa del Rey el miércoles y en olvidar rápido la eliminación ante el Bayern de Múnich.
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