Este artículo se publicó hace 12 años.
Los GEAS y perros especializados en catástrofes buscan al último desaparecido
Los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) han reanudado hoy la búsqueda del último de los tres trabajadores desaparecidos tras la explosión que se produjo el pasado jueves en la fábrica Industrias Oleícolas Sierra de Gata de Moraleja (Cáceres).
Los buzos centran su labor en las orillas del río Rivera de Gata, cuyo cauce pasa muy cerca de la fábrica siniestrada, ante la posibilidad de que el trabajador desaparecido, José Miguel Santos Martín, de 30 años, hubiera sido "expulsado" del interior de la fábrica como consecuencia de la onda expansiva.
Se ha confirmado, gracias al testimonio de los trabajadores que resultaron ilesos, que en el momento de la explosión, Santos Martín se encontraba en una parte elevada de la factoría.
Asimismo, a los GEAS se ha unido hoy un equipo especial de perros de rescate en catástrofes, que ha llegado a Moraleja desde Madrid, según ha informado a Efe el alcalde del municipio, Pedro Caselles.
Caselles ha explicado que las labores de búsqueda en el interior de la factoría se están llevando a cabo hoy de una forma "más minuciosa" que en las pasadas jornadas, ya que las dos grúas de gran tonelaje desplazadas desde Plasencia han logrado retirar un gran volumen de material pesado.
Cuando se cumplen 48 horas desde la explosión, el primer edil confía en que en las próximas horas se pueda tener alguna noticia en relación al último desaparecido, hijo de Miguel Santos Izquierdo, de 56 años, que también se encontraba trabajando en la fábrica en el momento de la explosión y que resultó herido leve.
El alcalde ha insistido en que, por el momento, la única versión que se maneja es que la tragedia se produjo por la explosión en un tanque que contenía hexano, un líquido disolvente y altamente inflamable utilizado para convertir el orujo de la aceituna en aceites industriales.
Mientras continúa la búsqueda, el municipio, que todavía no ha conseguido recobrar la normalidad, ha despedido ya a los otros dos vecinos que encontraron la muerte en el interior de la fábrica.
En la tarde de ayer fue enterrado Valentín Parra Carrero, de 58 años, natural del municipio de Arroyo de la Luz (Cáceres), casado y padre de dos hijas de 29 y 32 años, y esta mañana se ha dado sepultura a Alberto Lozano Zango, de 88 años, antiguo encargado de la fábrica, la cual visitaba casi a diario para pasar un rato con su hijo, Alberto Lozano, de 60 años.
El hijo también se encontraba en la factoría en el momento de la explosión, aunque resultó ileso.
Se da la circunstancia de que el fallecido ya sufrió un accidente en la misma industria extractora de orujo de Moraleja, concretamente en el año 1962, que le produjo importantes quemaduras, según han confirmado a Efe fuentes municipales.
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