Este artículo se publicó hace 12 años.
"Se ha ganado una batalla, pero no sabemos si la guerra ha terminado"
Los vecinos de las viviendas sociales celebran la decisión de Renta Corporación de no efectuar la opción de compra de los cinco edificios de viviendas sociales que había suscrito con el Ayuntamiento de Madrid, pero anuncian
Alejandro Torrús
La jornada de ayer pasará a la historia como uno de los días más felices de la vida de 117 familias. El Ayuntamiento de Madrid se ha quedado sin comprador para los cinco edificios de viviendas sociales que pretendía vender. Renta Corporación empresa de la que Ignacio López del Hierro (el marido de Cospedal) es consejero, anunció ayer a través de un comunicado que desestima la opción de compra por valor de 21 millones de euros que había suscrito con el Ayuntamiento de Madrid.
La noticia sorprendió ayer a unos vecinos que no esperaban que un 5 de diciembre su vida volviera a dar un nuevo vuelco. Esta vez para bien. El contrato, suscrito por Renta Corporación y el Ayuntamiento de Madrid, establecía que la empresa compradora tenía de plazo hasta el 18 de diciembre para renunciar a la compra sin perder los 300.000 euros que depositó en el momento de la firma de la opción de compra. Y así ha sido.
La euforia, los gritos y los lloros de alegría llenaron ayer cinco edificios cuyos inquilinos no daban crédito a las buenas noticias que recibían. “Esto es como una película y con final feliz. Te diría que es como si me hubiese tocado el gordo de Navidad, pero es aún mejor. Me han devuelto la vida que me estaban quitando”, explica Pilar, de 86 años, vecina de uno de los cinco inmuebles en conversación telefónica con Público.
Renta Corporación recupera 300.000 euros que había pagado de señal
La noticia había corrido como la pólvora entre ellos. El primero en conocerla fue Juan Antonio Gilabert, vecino del inmueble de San Cayetano. Salía por la puerta de casa cuando recibió una llamada de un periodista para informarle del comunicado de Renta Corporación. Juan Antonio no podía creer lo que oía. “¿Es oficial? ¿Lo puedo decir?”, preguntó Juan Antonio al periodista. Acto seguido corría a los pasillos de la corrala y gritó la buena nueva a todos los vecinos, que rápidamente se reunieron en una misma casa.
Pilar, vecina de Juan Antonio, acudió a los gritos del vecino. Tras coger una botella de cava se unió a la improvisada celebración de los vecinos. “Esta noche, como en las anteriores, me costará dormir, pero esta vez de felicidad”, reconocía Pilar. La noticia se fue extendiendo. Llamadas, mensajes, carreras. Salvador, vecino del inmueble de Embajadores, se enteró mediante un WhatsApp mientras preparaba la pregunta que los vecinos interpondrán en el pleno del Ayuntamiento de Madrid del próximo 17 de diciembre.
“Se me ha puesto el corazón en la boca. No era capaz ni de entrar en internet. Mi madre ha iniciado a reír sin parar, mi hermana no sabía si reír o llorar y a mi me temblaban hasta las rodillas. Había carcajadas y lloros a la vez”, recuerda Salvador.
Una primera batallaTranscurrida la euforia inicial y los brindis consiguientes, la sombra de una posible venta en el futuro a otro comprador volvió a aparecer. “Hemos ganado una batalla pero aún no sabemos si la guerra ha terminado. Tenemos que saber qué quiere hacer el Ayuntamiento con nuestras viviendas”, reconocía Salvador, quien se muestra partidario de continuar con la lucha iniciada contra el Ayuntamiento. “La situación ha cambiado en las formas pero las amenazas y vejaciones que hemos sufrido siguen ahí” , asegura Salvador.
"Me han devuelto la vida que me estaban quitando", reconoce una vecina Como reconoce Salvador, la gran duda que queda ahora es cómo actuará el Ayuntamiento de Madrid y si seguirá con su propósito de vender los cinco edificios de viviendas sociales. Hasta el momento, el Consistorio madrileño se había limitado a asegurar que todos los vecinos afectados serían realojados en otros edificios, sin especificar dónde. Ni el Ayuntamiento ni la EMVS se han pronunciado aún sobre el la nueva situación.
Los vecinos, a la espera de lo que decida el Consistorio, tienen que decidir ahora cómo continuar la lucha por quedarse en sus casas. El lunes comunicaron de manera oficial a la EMVS que no abandonarán su hogar y en la próxima asamblea debatirán si prosiguen en sus planes de demandar al Ayuntamiento por “moobing inmobiliario”.
De momento, explica Endika Zulueta, toca que los vecinos disfruten de una victoria. “Tenemos que celebrar el ramalazo de sensatez de la empresa compradora”, asegura Zulueta, quien señala que la victoria no es sólo de los vecinos afectados sino de toda la ciudadanía. “Esta victoria de los vecinos es una victoria de los que defienden el derecho constitucional a una vivienda digna, que es un derecho de todos”, ha concluido.
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