Este artículo se publicó hace 16 años.
Galicia inaugura el camino de vuelta a la gestión pública
La Xunta volverá a controlar los centros que Fraga cedió a fundaciones
Todo comenzó en una Galicia que ahora inaugura el camino de vuelta. En 1995, el entonces conselleiro de Sanidad, José Manuel Romay
Beccaría (PP), inauguraba en Verín (Orense) el primer hospital de titularidad pública gestionado por una fundación privada. Diez años después, cuando el PP abandonaba el poder en Galicia, el modelo hacía aguas.
La deuda acumulada por los centros entregados a la gestión privada superaba los 15 millones de euros en 2005. La población atendida por los hospitales comarcales estaba inconforme. Según la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, en 1998, el 100% del personal de enfermería del hospital de Verín aseguraba que el centro funcionaba peor que cualquiera de los públicos. La llegada al poder de PSOE y BNG en 2005 supuso el aldabonazo final para una historia que llevaba años complicándose.
Todo público en octubre
Para aquel entonces, cuatro hospitales y siete instituciones que prestaban servicios al sistema sanitario gallego ya estaban en manos privadas. Según la Secretaria General de la Consellería de Sanidade, Pilar Fernández Romero, el traspaso de esos centros al sistema público podría completarse en octubre de este año.
"El modelo de gestión privada tiene repercusiones negativas en la población", dice Pedro Soler, director de la Fundación Hospitalaria de O Salnés desde los tiempos de Fraga. Recuerda que en el mismo despacho que ahora ocupa se reunió con la asociación de enfermos de sida de la zona. No podía atenderlos: el hospital estaba a medio camino entre un centro de salud y un hospital de referencia; no había lugar para los tratamientos más caros.
Tampoco atendían a los pacientes oncológicos. Ni tenía presupuesto para que los especialistas hiciesen guardias localizadas. Además, como los salarios eran más bajos y las condiciones para los profesionales peores, encontrar personal se había convertido en una odisea: "Hasta montamos una guardería para hijos de trabajadores para atraer profesionales".
Fernández asegura que la anunciada eficacia de los hospitales de gestión privada en Galicia "consistió en un encarecimiento de los costes, en la creación de un coladero profesional y en que la asistencia sanitaria empeorara". Manuel Martín García, de la Plataforma para la Defensa de la Sanidad Pública de Galicia, también denuncia el nepotismo en la contratación de personas y servicios en estos centros. El dinero público con el que se mantenían los hospitales podía gastarse sin los controles a los que está sometida la administración.
En el Hospital de O Salnés, Soler aplaude las mejoras de la gestión pública. Pero reconoce los beneficios de lo privado: el absentismo laboral era del 4% en el centro cuando la gestión era privada. En los centros de gestión pública, es del 12%.
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