Este artículo se publicó hace 14 años.
Francia presenta un plan para impulsar la identidad nacional
El Gobierno de Francia, esperando reforzar la identidad nacional en un periodo de mucha inmigración, anunció el lunes una serie de medidas para impulsar la integración, entre ellas ordenar a todas las escuelas izar la bandera francesa.
Los planes fueron presentados el lunes por el primer ministro François Fillon y pusieron fin a tres meses de debate a nivel nacional, a menudo agrio, sobre lo que significa ser francés.
Críticos de todo el espectro político descalificaron el proceso en su conjunto, que fue auspiciado por el presidente Nicolas Sarkozy, alegando que era divisivo y alimentaría un sentimiento antimusulmán.
Pero Fillon defendió el debate, dijo que una comisión de expertos ahondaría en el asunto y añadió que Sarkozy pronunciaría un destacado discurso sobre la identidad en abril.
"La cuestión de la identidad nacional está destinada a ser debatida a largo plazo de forma calmada, natural y no partidista porque no hay nada peor que el silencio", dijo Fillon tras reunirse con los ministros para acodar un seguimiento del debate.
Entre las medidas anunciadas estaban más lecciones de educación cívica para los jóvenes y la iniciativa de una ceremonia "solemne" en la que los inmigrantes se conviertan en ciudadanos. También dijo que la declaración de los derechos humanos debería colgarse en todas las clases.
"La cuestión de la identidad nacional ya no es un tabú", declaró Fillon, flanqueado por el ministro de Inmigración Eric Besson.
La identidad nacional fue un asunto clave en la exitosa campaña electoral de Sarkozy a la presidencia en 2007 y el dirigente galo reinició el debate el año pasado, pidiendo a Besson que organizara reuniones en ayuntamientos de todo Francia para discutir el asunto.
Los oponentes de izquierdas dijeron que era un intento extraño por parte de Sarkozy de distraer al público de una serie de errores y temores económicos que han llevado su índice de aprobación a un mínimo cuando se avecinan unas importantes elecciones regionales en marzo.
También fue recibido con inquietud e incluso ira por parte de los cinco millones de musulmanes que viven en Francia. Algunos consideran que el debate es un ataque a los inmigrantes del norte de África, muchos de los cuales mantienen fuertes vínculos con sus antiguos países.
Las discusiones coincidieron con una controversia independiente sobre si prohibir a las musulmanas llevar velos que cubran la cara en lugares públicos, lo que llevó a que algunos musulmanes se sintieran víctimas.
"Este debate es una campaña electoral estéril y peligrosa", declaró Jamel Debbouze, un popular comediante nacido en París de ascendencia marroquí.
Pero Fillon argumentó que los principales partidos, como el gobernante UMP, tenían que recuperar el tema de la identidad nacional que estaba en manos del ultraderechista Frente Nacional, que se ha presentado a sí mismo desde hace tiempo como el defensor de una "Francia auténtica".
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