Este artículo se publicó hace 16 años.
Extinción de los mamuts dará las claves de desaparición de especies por el cambio climático
El estudio que atribuye por primera vez de forma conjunta al cambio climático y al impacto humano la extinción del mamut lanudo en el cuaternario final, puede dar las claves para conocer los riesgos potenciales de desaparición de otras especies animales en el futuro por efecto del calentamiento global.
Así lo ha asegurado hoy el investigador español David Nogues-Bravo, uno de los autores de dicho estudio, financiado por la Fundación BBVA y publicado en el último número de la revista Public Library of Science (PLoS).
Nogues-Bravo ha participado en una rueda de prensa junto a Jesús Rodríguez, otro de los miembros del equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana y del Imperial College de Londres, que ha realizado el trabajo.
A lo largo de la historia ha habido cinco grandes extinciones y, según los científicos, estamos inmersos en la sexta, a cuyo conocimiento se podrían extrapolar los modelos de trabajo utilizados en el estudio de los investigadores españoles.
Así, Nogues-Bravo ha explicado que el equipo está usando ya esos métodos de trabajo para predecir "cuál va a ser el riesgo potencial de especies en el futuro por efecto del cambio climático".
En el proyecto en el que trabajan actualmente, también en colaboración con la Fundación BBVA, ya están aplicando esas técnicas para conocer el efecto potencial del cambio climático en especies de América Latina.
Respecto al estudio sobre los mamuts, la importancia radica en que por primera vez une las dos hipótesis científicas barajadas hasta ahora para explicar su extinción -el cambio climático y el impacto humano- y concluye que "el hombre vino a dar el tiro de gracia a la especie", según Nogues-Bravo.
El mamut lanudo es una especie, que no está directamente relacionada con los elefantes actuales, y que habitó en Europa y Alaska durante los últimos 300.000 años, aproximadamente.
Para llegar a sus conclusiones, los autores del trabajo han modelizado "el nicho climático" (condiciones climáticas en las que puede vivir una especie) de los mamuts en diferentes periodos (hace 42.000 años, hace 30.000 años y hace 21.000 años).
Una vez conocidas las características climáticas en las que vivió esa especie, se proyectaron hacia el momento en que se extinguió (hace unos 3.500 años) y a un periodo con un clima similar en el que el mamut, sin embargo, sobrevivió (hace 126.000 años).
Como consecuencia de los cambios en el clima (se fue haciendo más cálido) se produjeron modificaciones en la vegetación, de tal forma que los bosques fueron desplazándose hacia el norte y las estepas en las que vivía el mamut se fueron restringiendo y casi desaparecieron.
Los mamuts se fueron desplazando hacia el norte y quedaron restringidos en muy pocas áreas, lo que facilitó que los humanos, que también fueron capaces de colonizar esas zonas, extinguieran fácilmente a la especie.
Según el estudio, con que un humano hubiera matado un mamut cada tres años podría haber extinguido la especie o, incluso, hubiera ocurrido si un humano en toda su vida hubiera cazado uno de estos animales.
A este respecto, Jesús Rodríguez destacó que existe una diferencia muy importante entre los humanos que habitaban Europa hace 126.000 años, una especie "arcaica", que no tenía aún capacidad para migrar hacia el norte.
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