Este artículo se publicó hace 18 años.
Una exposición iconografía contribuye a mantener el mito sobre los restos del apóstol
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Una exposición de iconografías a apenas unos metros de la catedral contribuye a cultivar el mito de un supuesto traslado de los restos del apóstol Santiago hasta Compostela, algo que todavía la Iglesia conmemora cada 30 de diciembre.
La exposición, titulada "Traslación del cuerpo del apóstol Santiago", que se exhibe en la Fundación Gonzalo Torrente Ballester, muestra representaciones del siglo XII al XIX alusivas a la supuesta historia de traslado de sus restos mortales hasta Galicia varios siglos después de ser decapitado en tierras palestinas.
Los patrocinadores de la muestra, entre los que figura la Xunta de Galicia, indican en el tríptico de presentación que "ciertos o no" los documentos que evocan el posible traslado a Compostela de los restos de Santiago, "se han convertido en una fuente de inspiración para imagineros, escritores, escultores y pintores".
La comisaria de la exposición, la filóloga Amparo Sánchez Ribes, de la asociación Amigos del Camino de Santiago en la Comunidad Valenciana, indicó a Efe que "da igual que -el apóstol- esté enterrado o no" en Compostela.
"El caso es que hay mucha gente que continúa haciendo el camino por razones culturales, religiosas o por simplemente encontrarse a sí mismo", añadió.
La profesora Ofelia Rey Castelao, experta en historia moderna en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y autora del libro "Los Mitos del Apóstol", aseguró a Efe se trata de un mito en sus elementos fundamentales y que "no hay manera alguna de hacer ninguna comprobación histórica" de que los restos enterrados en la catedral compostelana correspondan a ese personaje bíblico.
"No hay ninguna prueba documental de que el apóstol Santiago esté enterrado en Compostela", dijo la historiadora y precisó que la Iglesia católica, en el Concilio de Trento, cuando decidió depurar la liturgia romana" y reformar el calendario "fue muy cauta", ya que consideró el 25 de julio como una "fiesta particular y no general" con base en una "tradición piadosa".
Respecto a la conmemoración de la 'traslación' de los restos desde tierras palestinas hasta la península ibérica, señaló que es una leyenda tardía y que la Iglesia compostelana lo conmemora el 30 de diciembre, aunque Roma "no asumió que fuese un hecho constatado y adoptó una forma de conveniencia en que reconoce la tradición como un hecho".
Añadió que a raíz de eso, el Arzobispado y el Cabildo de Compostela en 1588 "primero protestaron y luego exigieron que la celebración de la traslación fuera considerada una fiesta general", algo que no les fue concedido por el papado.
Indicó que mientras la ofrenda al Apóstol, el 25 de julio, fue instaurada por Felipe IV en 1643 y es presentada desde entonces por el rey o sus representantes, la ofrenda de la traslación, el 30 de diciembre, se instauró en 1646 por parte de las Cortes de Castilla, y precisó que "ambas se establecieron en desagravio por haber elegido a Santa Teresa patrona de España en lugar del apóstol".
La historiadora comentó que ha habido una "oficialización de la tradición", pero destacó que si bien ha perdido el sentido la "ofrenda económica", todavía se mantiene la "ofenda política" que anualmente efectúa, en representación de la Casa Real, un delegado regio.
Rey Castelao subrayó que una "bula papal" emitida hace más de un siglo "prohíbe que se abra el sarcófago", lo que impide saber si hay restos mortales en su interior y, si ese fuera el caso, de quién son, pero consideró que en caso de que los haya "es poco verosímil que sean del apóstol".
Según la historiadora "se trata del fenómeno de construcción cultural más complejo de la historia europea" y observó que hay leyendas de que el cuerpo de Santiago, que fue decapitado, estaría enterrado en el santuario de los armenios de Jerusalén, sepultado en Toulouse (sur de Francia) o hasta que un brazo fue regalado al rey de Francia.
Jacob, el hijo de Zebedeo Salomé y hermano de Juan el Evangelista, según la leyenda había acudido a la península ibérica, algo sobre lo que tampoco hay prueba documental alguna.
En ese sentido, Rey Castelao subrayó que a fines del siglo XVI y comienzos del XVII, se produjo "un lío monumental que causó muchos quebraderos de cabeza" para explicar a quién habría venido a evangelizar Santiago en la península ibérica.
Añadió que "si alguna lógica tenía, tendría que haber sido para predicar entre las comunidades judías", algo inadmisible en una sociedad que se proclamaba "limpia de sangre".
El profesor Juan Monterroso, experto en el tema jacobeo en el departamento de historia del arte de la USC indicó a Efe que ese tipo de exposiciones y actos acerca de los restos del apóstol "contribuye a mantener un hecho cultural, más allá de si es una leyenda, un mito u otra cosa".
Monterroso señaló que resulta "muy complicado y delicado" un análisis crítico sobre la veracidad de ese hecho desde un punto de vista histórico porque "siempre hiere las sensibilidades" y "hay opiniones en los dos sentidos", dijo.
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