Este artículo se publicó hace 17 años.
Europa pide que el mercado se abra a los productos agrícolas de los países vecinos
La Comisión Europea pretende mejorar las relaciones con los países vecinos y equilibrar los flujos migratorios mediante la apertura de mercados.
La Comisión Europea quiere dar un empujón a la Política de Vecindad -un programa de relaciones de privilegio con los países que rodean al territorio de la Unión- y, para ello, ha pedido a los estados miembros que amplíen el acceso a los productos agrícolas de los países del sur del Mediterráneo y del este de Europa.
Además, les demanda que cumplan adecuadamente sus compromisos para fomentar la movilidad de sus ciudadanos por territorio europeo, en un primer momento, a través del sistema de visados para estancias de corta duración, de los que se beneficiarían hombres de negocios o investigadores, por ejemplo.
Las dos medidas forman parte de una "lista de cosas" que tiene que hacer la UE para avanzar en este sentido y que hoy ha presentado la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner. Según dijo en rueda de prensa, "hay mucho que hacer".
Abrir el mercado agrícola para equilibrar flujos migratorios
Ferrero-Wadner reconoció que los países europeos donde sería más problemático permitir la entrada de productos agrícolas del extranjero serían los mediterráneos, como España, francia o Italia. Sin embargo, la comisaria insistió en que "la cuestión comercial es crucial".
"Hay que mostrar a nuestros Estados miembros que si queremos equilibrar los flujos migratorios hay que abrir el mercado comercial, incluso en productos sensibles", dijo, aunque siempre con el acuerdo de las capitales europeos y con la obligación por parte de los países importadores del cumplimiento de las mismas normas sanitarias que rigen en la UE.
Argelia, Georgia, Marruecos o Ucrania, entre otros
La países que forman parte de la Política Europea de Vecindad son Argelia, Armenia, Azerbaiyán, Egipto, Georgia, Israel, Jordania, Líbano, Modalvia, Marruecos, Autoridad Palestina, Túnez y Ucrania. De ellos, todos menos Argelia tienen ya un plan de acción individuaizado con la UE. Quedan fuera, de momento, Bielorrusia, Libia y Siria.
Ferrero-Waldner insistió es que "se necesita la acción de la UE", que deberá ceñirse a las tres prioridades que contempla el documento que adoptó este miércoles la Comisión: el comercio de productos agrícolas, la movilidad de personas y la ayuda para resolver "conflictos olvidados".
Ayuda europea a "conflictos congelados"
La tercera prioridad es el papel que, según la Comisión, la UE puede jugar en los denominados "conflictos congelados", particular en el Cáucaso, donde, "dependiendo del conflicto", propone estrechar la colaboración, por ejemplo, en la gestión de refugiados o para que las partes puedan aproximarse.
El Ejecutivo comunitario pide también el apoyo de la UE a reformas sectoriales en ámbitos como el de la energía, cambio climático, pesca, transporte, política marítima, investigación, sociedad de la información, empleo o educación.
Por otra parte, Bruselas subrayó que este miércoles se decidió destinar hasta finales de este año 50 millones de euros para el instrumento de inversiones a favor de la Política de Vecindad y anunció una primera asignación de fondos del nuevo instrumento de gobernancia para Marruecos (28 millones) y Ucrania (22 millones).
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