Este artículo se publicó hace 15 años.
Una estrella del Gran Hermano inglés morirá ante las cámaras
Los últimos días de vida de Jade Goody, una joven británica enferma de cáncer que saltó a la fama en el programa Gran Hermano, serán seguidos en directo por las cámaras de un país obsesionado con los famosos.
Goody, deslenguada, de escasa educación y sincera, se dio a conocer en el reality show televisivo en 2002, y después sus numeritos y arrebatos se hicieron frecuentes en los tabloides y revistas de famosos.
La joven vendió su autobiografía, comercializó un perfume y ha estado bajo el ojo público desde entonces, aunque su popularidad se hundió cuando hizo comentarios racistas sobre una actriz de Bollywood cuando ambas aparecieron en una versión de famosos del Gran Hermano, en 2007.
Ahora, con 27 años, está viviendo sus últimos días de vida en televisión y en los periódicos. Y mientras, surgen preguntas sobre su dignidad y la cultura moderna británica.
A finales del año pasado anunció en televisión que tenía cáncer de cuello de útero y la semana pasada dijo que estaba muriéndose. Ahora está calva tras someterse a un tratamiento de quimioterapia.
El domingo, cuando le quedan meses de vida, va a casarse con su novio, un ex convicto, en una ceremonia que será televisada. El ministro de Justicia británico intervino el viernes para ampliarle las condiciones de la fianza para que puedan pasar la noche de bodas juntos.
Goody ha vendido los derechos a un canal de televisión, por una suma que los medios británicos sitúan en 700.000 libras (unos 793.000 euros). Algunos medios están pagando 15.000 dólares por cada foto de la joven.
"Creo que todo el país estará preocupado y ansioso por su salud", dijo el primer ministro, Gordon Brown, sobre Goody.
Comentaristas, políticos y gente de a pie están entre el disgusto y la admiración.
"¿Condenaría a individuos como Jade por su carrera como famosa? No, no puedo", dijo el reverendo David Wilkinson, del St John's College en la universidad de Durham.
"Es una mujer brillante que ha aprovechado las oportunidades que nuestra cultura le ha dado. Creo que dice algo de la cultura occidental, donde la presión está sobre el individuo. Una cultura que vive sus esperanzas y temores a través del medio televisivo", añadió.
MORIR BAJO LOS FOCOS
Goody ha recorrido un largo camino desde el Gran Hermano, el programa en el que un grupo de personas viven juntas en una casa, aislados del mundo exterior y continuamente vigilados por las cámaras de televisión.
Adrian Monck, responsable de periodismo en la City University London, dijo que la tragedia personal de Goody era "intelectual y culturalmente fascinante, e irresistiblemente emotiva".
"Ha sido creada por la telerrealidad y supongo que el modelo de fama es claramente moderno en la forma en que ha surgido", dijo Monck. "Pero también es anticuada la forma en que lo sacan los tabloides, alimentados por la televisión", añadió.
Los periódicos serios alaban su honestidad en la pantalla y su determinación para sacar adelante a sus dos hijos. La joven dice que vendió su historia a los medios para darles una vida mejor.
La prensa ha informado de que su tragedia personal ha llevado a un incremento en las revisiones ginecológicas contra el cáncer de cuello de útero.
"La verdad es que la telerrealidad, que nos dio lo peor de ella, ahora nos aporta lo mejor", dijo la columnista Liz Hunt en el diario conservador Daily Telegraph.
Max Clifford, su agente, dijo a Reuters que la joven "es un producto de nuestro tiempo".
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