Este artículo se publicó hace 17 años.
Esperando los deberes del juez
Gómez Bermúdez blinda la sentencia del 11-M para evitar filtraciones antes del miércoles
Faltan 48 horas para que todos conozcamos cómo ha hecho los deberes Javier Gómez Bermúdez. El presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional lleva trabajando sin festivos desde que el 15 de febrero comenzó el juicio por los atentados del 11 de marzo y sin olvidarse del ordenador, ni siquiera durante sus vacaciones en la playa, después de quedar visto para sentencia el pasado 2 de julio.
Entre sus preocupaciones de estos días, además de que la sentencia haga justicia y ningún fallo de redacción obligue a hacer autos de aclaración, también figura impedir la filtración del fallo más esperado por la sociedad española. Para ello ha tomado medidas. A pesar de que hará llegar una copia de la sentencia a los familiares de los 191 asesinados y 1.841 heridos, los periodistas sólo tendrán una copia digital, y nunca antes de que haya terminado de dar lectura pública a las condenas. Ni el gabinete de prensa dispondrá de ella hasta entonces.
Tres cosas al mismo tiempo
Con esa facilidad demostrada en el juicio de estar pendiente de todo sin que se le escape una, ha previsto que los numerosos medios de comunicación que asistirán no dispongan de ninguna copia en papel. El motivo, aparte de salvar los bosques, es evitar que al hacerse un gran número de fotocopias, una copia pueda desaparecer permitiendo que el fallo se haga público antes de que él lo dé a conocer. Los 28 acusados (salvo Rabei Osman el Sayed, que es posible que la siga desde Italia por videoconferencia), sus abogados y las víctimas están citados en la sede de la Audiencia Nacional de la Casa de Campo de Madrid el miércoles, a las 11.00 de la mañana.
Como ocurrió durante los cuatro meses y 17 días que duró el juicio, en sus 57 sesiones, la lectura del fallo de la sentencia se retransmitirá en directo por televisión y por una página web jurídica. Además, Gómez Bermúdez, ponente de una de las sentencias más importantes de nuestra historia, leerá un resumen de unas diez páginas del texto completo de la resolución, que se espera tenga más de 600 páginas.
De ellas, entre 70 y 80 darán cuenta de los hechos que el tribunal declara probados, en los que se especificará la participación que cada uno de los acusados tuvo en los atentados de Madrid. Lo corroborado durante la instrucción y el juicio se concretará en delitos que se especificarán en los fundamentos jurídicos (unas 200 páginas para concretar la condena o inocencia de los encausados). El resto recordarán los antecedentes judiciales del caso y 202 se completarán con el listado completo de víctimas.
Deliberaciones hasta el final
A pesar de que todo el trabajo está hecho y sólo falta dar el último vistazo, el pasado viernes los magistrados que componen el tribunal, Gómez Bermúdez, Alfonso Guevara y Fernando García Nicolás, se reunieron para deliberar una vez más.
Llevan haciéndolo desde que acabó el juicio, aunque el presidente del tribunal, ponente de la sentencia, se ha ocupado él solo de dar forma a lo hablado, de decidir qué incluía y qué no, y cómo contarlo.
Para ello se ha acompañado permanentemente de dos portátiles, además de los ordenadores de casa y del despacho. En uno consultaba datos y fechas, y en el otro escribía. Una copia iba siempre consigo, en un lápiz de memoria que enseñaba a quien le preguntaba.
LOS EPISODIOS QUE DESCRIBEN AL MAGISTRADODurante toda la vista fue atento con las víctimas15.02.2007
"Va a empezar el tiempo del Derecho, de la Justicia. Oigan lo que oigan, mantengan la templanza. Por muy duro que les parezca, todos los acusados gozan de la presunción de inocencia mientras no haya sentencia", dijo el juez a las víctimas para dar comienzo al juicio.
Impidió que los acusados se desmandaran
"El ‘super' sobra", reprochó el presidente del tribunal al acusado Rafa Zouhier, cuando se declaró "superinocente". La personalidad de este acusado, que se enfrenta a una petición fiscal de 38.958 años de cárcel, obligó al magistrado a regañarle repetidas veces y hasta a expulsarle de la sala.
Frenó los intentos de introducir la conspiración
Cortó las preguntas de José María de Pablo, abogado de la Asociación de Ayuda del 11-M, sobre un supuesto etarra que resultó ser un perito de seguros con un "no, en su escrito acusa a 29 personas y ninguna tiene ninguna implicación con ETA y no discuta conmigo o le retiro la palabra".
Paró la huelga de hambre de 14 acusados presos
El presidente del tribunal logró parar la huelga de hambre iniciada por 14 acusados presos, expulsando de la sala a Mohamed ‘el Egipcio' y Abdelmajib Bouchar, y advirtiendo que "el juicio bajo ningún concepto se suspenderá por este motivo", porque se les alimentaría por la fuerza.
Obligó a Díaz de Mera a revelar su supuesta fuente
La negativa del ex director de la Policía Agustín Díaz de Mera a revelar quién le habló de un supuesto informe sobre ETA y el 11-M hizo que el tribunal le advirtiera de que cometía un delito de desobediencia grave. El europarlamentario del PP envió una carta citando sus ‘fuentes'.
Intentó hasta el final encontrar el explosivo usado
Antes de que comenzara el juicio, el juez ordenó una nueva prueba sobre las muestras de explosivos. Dos peritos de la Policía, dos de la Guardia Civil y cuatro de parte, expusieron su informe ante el tribunal. "Me parece que ustedes están encerrados en posiciones inamovibles", concluyó la Sala.
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