Este artículo se publicó hace 15 años.
El envío de remesas crecerá en 2010, que será un año difícil para Latinoamérica
El envío de remesas a Latinoamérica crecerá alrededor de un 5 por ciento en 2010, un año que se presenta difícil para los países de la región, aunque las previsiones con respecto a 2008, cuando la incidencia de la crisis económica comenzó a hacerse notar en las economías mundiales, seguirán siendo negativas.
La situación económica actual de los emigrantes y su influencia en el envío de dinero a sus países de origen fue debatida hoy por un grupo de expertos internacionales en la Casa de América de Madrid.
Basados en un estudio realizado por el director de Remesas y Desarrollo del centro de análisis Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, los datos expuestos no son nada esperanzadores para 2010, sobre todo en lo que afecta a Latinoamérica, una región que pasará "un año duro, con tendencias más negativas que en 2009".
El informe ha sido realizado en seis ciudades de Estados Unidos, además de Madrid, Barcelona y Roma, en las que fueron entrevistadas 1.200 personas con el objetivo de ver cómo responde la inmigración a la crisis económica.
A partir de las cifras que se desprenden de su estudio, Orozco señaló que, "aunque la recuperación económica depende de cada país, las familias, en general, van a presionar todavía más a los inmigrantes", que se verán obligados a seguir mandando dinero.
"Hasta el momento, la reducción en el envío de remesas había sido subsanada por muchos inmigrantes gracias al ahorro, que a partir de ahora disminuirá en torno al 30 por ciento", explicó.
La presión familiar y el descenso del ahorro son dos de los factores que, según el director de Remesas y Desarrollo, influirán, junto a la evolución de la tasa de desempleo y del nivel de ingresos, en la "ligera" recuperación de las remesas en 2010.
Los datos no son alentadores, si tenemos en cuenta que para 2009 se prevé que los envíos de dinero desciendan un 11 por ciento a nivel mundial, lo que afectará a unos 4 millones de personas, y en el caso concreto de España un 20 por ciento.
Según el estudio realizado por Orozco, y a pesar de no estar cerradas todavía las cifras, los emigrantes mandarán a sus países un 12 por ciento menos que el año anterior, debido, principalmente, a la pérdida de empleo, la caída de los salarios y la reducción de la migración.
De confirmarse esos datos, 1.300.000 hogares dejarán de percibir ese dinero en 2009 y otros cinco millones recibirán un 5 por ciento menos.
Para que esas estimaciones mejoren en 2010, y a juicio de Orozco, "tendrá que haber una mayor administración en los hogares y una recomposición del manejo del dinero", tanto en los emisores como en los receptores.
En ese sentido, el experto en remesas señaló que, a pesar de todo, "el nivel de satisfacción entre la población inmigrante es positivo, en general, en todos los países estudiados", y destacó el papel de las mujeres en el mantenimiento de las cantidades enviadas cada año.
"En todas las ciudades estudiadas, tanto de Europa como de Estados Unidos, son las mujeres inmigrantes las que tratan de mantener los niveles de envío del año anterior. Son el sector que enfrenta la crisis más estoicamente, por encima de los hombres", dijo.
En cuanto a la posibilidad del retorno, Orozco indicó que, desde que se inició la crisis económica, "el tanto por ciento que quiere volver a sus países ha pasado de un 15 a un 54, aproximadamente, pero un tercio de ellos lo hacen pensando en regresar en unos años para seguir trabajando".
El director de Remesas y Desarrollo hizo hincapié en que "hoy por hoy el costo de regresar es más alto que el de quedarse", y eso teniendo en cuenta que la actual tasa de desempleo en la población inmigrante en España es de un 23 por ciento, "aunque en 2010 podría reducirse a un 15 por ciento".
Sobre los costes que asumen los inmigrantes para hacer llegar el dinero a sus familias, el especialista en remesas del Grupo del Desarrollo del Sistema de Pagos del Banco Mundial, Carlo Corazza, señaló que éstos "están bajando más que subiendo", y destacó a España como uno de los "corredores de remesas" más baratos a nivel mundial.
Corazza explicó que los países más industrializados se comprometieron en la última cumbre del G-8 en L'Aquila (Italia) a conseguir una reducción del 5 por ciento, en un plazo de cinco años, en aquellos lugares en los que los costes de los envíos es más alto, frente al 10 por ciento actual.
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