Este artículo se publicó hace 15 años.
ENFOQUE-"El Niño" puede disparar el dengue en el Cono Sur
Por Juana Casas y Ana Laura Mitidieri
Vivir en la ciudad deCharata, en el norte de Argentina, nunca fue fácil. Pero ahora,a las altas temperaturas, los enjambres de mosquitos y la faltade agua potable se suma un temido enemigo: el dengue.
Como esta ciudad en la provincia del Chaco, decenas deempobrecidas localidades en el sur del continente americano handebido acostumbrarse a brotes cada vez mas fuertes del virus,que hace medio siglo había sido erradicado pero que volvió confuerza por el cambio climático y la urbanización noplanificada.
Según expertos, la esperada alza de las temperaturas ylluvias por el calentamiento marítimo que comenzó a causar lacorriente "El Niño" en julio crearán el caldo de cultivoperfecto para que el dengue vuelva con mas fuerza en el veranoaustral que está por comenzar.
En el 2008, se registraron 585.866 casos en el Cono Sur, loque implica un crecimiento de un 153 por ciento frente alpromedio registrado entre 2000 y 2007, según datos de laOrganización Panamericana de la Salud (OPS).
Este año, la cifra también rondaría el medio millón decasos y el panorama para el 2010 es desalentador.
Mientras ven como la calles son fumigadas, algunos de loshabitantes de Charata cuentan que tratan de tomar medidas deprevención e higiene, pero consideran que aún resta mucho porhacer para frenar el avance del virus, que en su forma mássevera puede generar hemorragia y muerte.
"Hay muchos mosquitos, no sólo del dengue. En mi casa elotro día había un enjambre (...) Todavía no hay conciencia deltema. Nadie tapa los recipientes de agua", dijo MarioLichwarski, un periodista agropecuario de 37 años.
Este año, los pacientes con dengue desbordaron el únicohospital de la localidad de cerca de 30.000 habitantes yvinieron especialistas a ayudar a superar la situación deemergencia.
Desde septiembre, las temperaturas en Charata rondan entre30 y 40 grados celsius, un nivel favorable para la reproduccióndel mosquito que transmite el virus.
"Creo que el problema del dengue aún no está superado. Elpeligro está siempre latente (...) Todavía nos falta muchísimadisciplina, tiramos cosas, hacemos basurales en la vereda",dijo Omar Sánchez, un cura de Charata que padeció el virus.
Su advertencia es porque el principal mosquito transmisordel dengue, el Aedes Aegypti, elige el agua estancada comocriadero, por lo que la higiene es clave para prevenir supropagación.
El dengue había sido erradicado en la región en la décadade 1950, pero en los últimos 30 años experimentó fuertes brotescíclicos que se repiten en forma cada vez más frecuente.
"No sabemos en qué proporción podría aumentar el número decasos, pero sí sabemos que continuamos con una situaciónepidemiológica de alta complejidad y pueden haber severosbrotes", dijo el consultor regional del dengue de la OPS, JoséLuis San Martín.
Ante este panorama, Argentina, Brasil y Paraguay acordaronrecientemente profundizar su cooperación y actuar juntos en laprevención del virus que según la OPS es endémico en todo elcontinente, a excepción de Uruguay y Chile.
OTRO FRENTE: LOS VIAJES
Además del cambio climático, los países sudamericanosenfrentan en el corto plazo otro factor que facilita ladifusión de la enfermedad: el movimiento de personas que se dapara las fiestas de fin de año y vacaciones.
En Paraguay, el Ministerio de Salud Pública espera unaumento de los casos de dengue durante este verano por elpronóstico de fuertes lluvias y debido al gran número depersonas que viajan a los países vecinos, lo que aumenta laposibilidad de contagio.
"Tenemos previsto que podría haber una epidemia de dengue(en el verano) por la gran cantidad de personas que viajan aBrasil. Estamos alertas", dijo a Reuters un portavoz de laDirección de Vigilancia Sanitaria del ministerio paraguayo.
Brasil, que según la OPS posee cerca del 60 por ciento delos casos de dengue de las Américas, fue uno de los países másafectados por la epidemia el verano pasado, seguido de Boliviaque registró en el 2009 la peor epidemia de dengue en losúltimos 20 años, con más de 1.500 casos diarios.
La prevención "nos hace prever que (..) puede que haya unpequeño brote, pero no será nunca de la magnitud que tuvimos acomienzos de este año (2009)", dijo Juan Carlos Arraya, jefe deepidemiología del Ministerio de Salud boliviano.
En Argentina, tras registrarse el primer caso de dengue deesta temporada en la norteña provincia de Misiones -limítrofecon Brasil y Paraguay-, las autoridades aseguran estar elevandola fumigación y los medios ya se hacen eco del problema.
EDUCACION, LA MEJOR HERRAMIENTA PREVENTIVA
El dengue no es la única "enfermedad de la pobreza" cuyareaparición en los últimos años amenaza a América latina y elCaribe, que según el Programa de Naciones Unidas para elDesarrollo (PNUD), sigue siendo la región más desigual delplaneta, con unos 205 millones de pobres.
Además del cambio climático, la contaminación y la malacalidad del agua y el aire -combinadas con el mal manejo de losdesechos- están amenazando la salud de las poblaciones urbanas,especialmente en las grandes ciudades.
El cólera, la malaria y la fiebre amarilla -estas dosúltimas también transmitidas por mosquitos- son otras de lasdolencias íntimamente ligadas a la pobreza, la marginación, lafalta de recursos y la escasez de agua potable y saneamientocuyos casos aumentaron recientemente en la región.
San Martín reconoció que los países sudamericanos nocuentan con recursos millonarios para incidir a corto plazo,mediante políticas públicas, sobre factores causantes de latransmisión del dengue, como saneamiento de agua, recolecciónde basura o control del crecimiento poblacional desordenado.
Sin embargo, más allá de los intentos por crear fármacos yvacunas, los expertos coinciden en que la mejor forma deprevenir es con cambios de estilo de vida, que implican educara los ciudadanos en la limpieza del hogar y eliminación de todoelemento que pueda ser usado por los mosquitos como criadero.
"Se busca tecnología de punta, pero la cosa es muy sencillay tiene mucho más que ver con el hábito", dijo NicolásSchweigmann, director del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM)de la Universidad de Buenos Aires, que evalúa desde 1996 elestado de las poblaciones de mosquitos -entre ellos la delAedes Aegypti- en la zona que rodea a la capital argentina.
"Esto pasa primero por la educación, por eso es algo alargo plazo, un trabajo de hormiga", agregó Schweigmann.
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