Encierro en una sucursal del BBVA de Guadalajara para evitar el desahucio de una pensionista

Un grupo de unas 40 personas, en su mayoría miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Guadalajara, lleva encerrado 6 horas en una sucursal del BBVA en la capital alcarreña, para paralizar el desahucio de una familia formada por una pensionista y su hijo, que tiene una minusvalía. Alrededor de las 13 horas, el grupo ha irrumpido en la sucursal, ubicada en la Plaza del Jardinillo de Guadalajara, donde piensan quedarse hasta que se paralice el proceso de desahucio o se le dé una solución a Pedro, el hijo de María Benítez, una mujer de 74 años que podría perder su vivienda al presentarla como aval de la hipoteca que su hijo firmó en 2005 y que dejó de pagar tras perder el empleo.

Este caso ya fue objeto de otro encierro, que tuvo lugar el pasado 14 de noviembre, coincidiendo con el día de la huelga general, y que se saldó con la sanción a más de 35 personas que se encerraron en la misma sucursal. Ahora, el grupo ha acompañado a María Benítez a buscar una solución para ella y para su hijo.

Según ha relatado la afectada, ella avaló la hipoteca de su hijo hace unos 6 o 7 años y, ante la imposibilidad de hacer frente a la cuota, quisieron liquidarla y entregar el piso, a lo que, según ella, se negó el banco. A cambio, en el banco les bajaron las cuotas, pero la reducción de las mismas coincidió con la pérdida de empleo de Pedro, que tiene una pensión por minusvalía, y todo ello desembocó en la pérdida de la vivienda en 2011, ha informado Benítez.

"Con 130.000 euros de hipoteca aún por pagar -más los costes judiciales y los intereses-, a finales de ese mismo año, el 28 de diciembre de 2011, nos dijeron que iban a por mi piso", ha explicado María, cuya vivienda, un piso de protección oficial, el banco "ha tasado en unos 40.000 euros".

Uno de los portavoces de la PAH, Mario Magán, ha explicado que no se piensan ir del banco hasta que se le dé una solución a Pedro, que para ellos pasa por condonar la deuda y saldar la hipoteca, de forma que el banco se quede con el piso que él compró y dejando a su madre con su vivienda. Según ha indicado, desde el banco les "han dado largas", y les han emplazado a una reunión para el próximo martes, algo que ellos han rechazado, asegurando que sólo se irán con el problema resuelto, o desalojados por la policía.