Este artículo se publicó hace 16 años.
El Ejército israelí en alerta por el temor a una revuelta de colonos judíos
El Ejército israelí seguía hoy en estado de máxima alerta por temor a una revuelta por parte de los colonos judíos más radicales en Cisjordania, tras la evacuación de un inmueble en la ciudad de Hebrón por orden judicial.
El peor escenario que prevén los altos mandos militares israelíes es el que los colonos judíos provoquen a la población palestina del lugar, como ha ocurrido estas últimas semanas, y la arrastren al círculo de la violencia.
"En los sucesos de los últimos días ha quedado claro que los colonos más extremistas no tienen límites", dice una alta fuente militar citada hoy por el Yediot Aharonot.
Agrega que "no hay tanta distancia entre la profanación de tumbas en cementerios musulmanes y pintadas en mezquitas", como ocurrió en la última semana, y "la masacre de la tumba de los Patriarcas", en la que murieron un treintena de palestinos.
Un ataque como éste último, perpetrado en 1994 por un médico colono de Hebrón, Baruj Goldstein, es el que los militares israelíes consideran la chispa hacia una revuelta generalizada en Cisjordania.
El Gobierno y el Ejército israelíes pidieron en las últimas horas a las Autoridad Nacional Palestina (ANP) que trate de mantener la calma en los centros urbanos, sobre todo a la salida de los rezos en las mezquitas hoy viernes, día de descanso semanal.
Por el momento, la única expresión palestina a los sucesos ha sido la de manifestarse hoy en la franja de Gaza y exigir a todas las facciones que respondan a los ataques de los colonos de Hebrón, el núcleo más duro de la colonización judía.
En las últimas semanas los radicales judíos hicieron pintadas en mezquitas -como la de "Mahoma es un cerdo"-, profanaron tumbas musulmanas, y atacaron, a veces con arma de fuego, a civiles palestinos.
"El fin de semana no transcurrirá en calma", asegura la fuente, que no descarta tampoco ataques contra las fuerzas de seguridad.
Efe pudo constatar que en las últimas cuarenta y ocho horas la seguridad en torno a la vivienda del jefe del Ejército, Gaby Ashkenazi, ha sido reforzada.
La propiedad del inmueble evacuado está en disputa entre un grupo judío de ultraderecha que dice haberlo comprado, y sus propietarios palestinos, que aseguran que no fue así y que los documentos fueron falsificados.
El Tribunal Supremo de Israel aún no ha sentenciado en el caso, pero cree a priori que hay indicios de falsificación y a principios de mes dio tres días al Estado para evacuar a los colonos.
Desde entonces miles de militantes judíos de extrema derecha peregrinaron a Hebrón para "defender" la propiedad, e impedir una evacuación que finalmente tuvo lugar ayer sin demasiados problemas.
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