Este artículo se publicó hace 15 años.
"El doctor me dijo: búscate la vida"
La objeción de conciencia impide el acceso universal a los anticonceptivos
Mónica, de 16 años, espera un lunes por la tarde en el Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid a que le den la receta para la píldora del día después. Le acompaña una amiga, las dos charlan animadamente y cogen preservativos de un cestito de mimbre.
Es la segunda vez que Mónica acude a este centro: la primera, ni ella ni su novio tomaron precauciones; esta última, se les rompió el condón. "Ahora no he tenido problemas porque ya conocía el sitio. Pero la primera vez lo pasé fatal hasta dar con él", cuenta. Entonces, esta adolescente acudió a su centro de salud, pero el médico le dijo que no prescribía la pastilla por ser objetor de conciencia. "El doctor que me atendió me dijo: Búscate la vida".
Esta segunda vez, con la receta en la mano, Mónica tiene que dar un segundo paso: la compra en la farmacia. No todas la venden. "Ya he localizado una en la que la tienen seguro y la dan sin problemas", afirma. La siguiente en la cola es una chica de origen colombiano. También es su primera vez, aunque ella ha tenido que vencer las reticencias que le puso su novio.
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