Este artículo se publicó hace 12 años.
La directora de "Caramel" aborda ahora el drama libanés con humor y música
"Cuando hay una tragedia, lo mejor es hacer autocrítica y mirar de frente, reírse si es necesario, o bailar, todo, menos perder de vista la realidad...", opina la actriz, guionista y directora de cine Nadine Labaki, que estrena en España su segundo largometraje, "Y ahora, ¿a dónde vamos?".
Labaki, que se define "por ese orden" como mujer cristiana libanesa, directora y guionista, y actriz, ha elegido el formato de comedia musical para explicar un drama que le saltó a los ojos durante la promoción de su primera cinta, "Caramel" (2007): acababa de saber que estaba embarazada y Beirut sufrió un nuevo estallido de violencia.
"En ese momento -dice la directora una entrevista con Efe-, me puse a pensar de qué sería capaz si tuviese que proteger a mi hijo, y la respuesta fue inmediata: cualquier cosa y a cualquier precio".
De modo que esta inteligente y guapísima mujer optó por combinar comedia y drama, porque así "podía contar las situaciones más absurdas y mostrar el lado más surrealista de la guerra de las religiones sin ofender a nadie", explica.
"Pero esta no es una historia sobre la guerra, sino acerca de cómo evitar la guerra", se apresura a precisar, porque "no se puede vivir en el Líbano sin percibir esta amenaza, que al final influye sobre todo lo que hacemos y sobre nuestra forma de expresarnos. Si se es un poco sensible -considera-, no podemos escapar de ello".
Así nació "Y ahora, ¿a dónde vamos?", una fábula de mujeres que, no por ser un cuento musical y desenfadado, es menos dolorosa y cruda, ya que, a pesar del toque cómico, los muertos y el luto existen.
Los primeros planos de esta cinta coral recuerdan, en cierta medida, al comienzo de "Volver", del manchego Pedro Almodóvar; Labaki -que es consciente de ello-, explica que sus mujeres bailan y que sus golpes de pecho y vaivenes profundos al ritmo del dolor por los ausentes no son "solo" libaneses.
"La gente tiene miedo, los unos de los otros, esto no es un problema libanés -reflexiona Labaki-. Creo que hace falta autocrítica y reírte de tus fallos, autoanalizarte para cambiar; el humor, la música y el baile te hacen pensar. Es preferible mirar de frente, o bailar, todo, menos perder de vista la realidad".
Ambientada en un pueblo de ninguna parte, sospechosamente parecido a cualquiera del Líbano, estas mujeres vestidas de negro caminan juntas camino al cementerio; unas llevan velo, otras, una cruz, pero todas son víctimas. Al llegar al camposanto se dividen, a un lado cristianas, a otro las musulmanas.
Estas mujeres defienden a sus familias y a su pueblo de la guerra y solo tienen un objetivo: "Distraer a los hombres y hacer que olviden su cólera, unidas en una amistad inquebrantable, madres y esposas por encima de todas las demás cosas".
Pero a pesar de sus divertidos esfuerzos -que no escatiman carcajadas-, el dolor, el horror, llega a sus casas.
La película sorprende, además, por la fuerza de sus personajes, sobre todo los femeninos -Yvonne Maalouf, Leyla Hakim, Claude Baz Moussawbaa, Antoniette Noufaily-, a pesar de que la mayoría son debutantes, vecinos de los pueblos de Taybeh, Douma y Mechmech donde se rodó la cinta.
Al igual que en "Caramel", Khaled Mouzanar -marido de Labaki y padre de su hijo- ha compuesto la música.
Premiada por el público en los festivales de Toronto y Oslo, donde también fue nominada a la mejor dirección, y muy aplaudida en el de San Sebastián, "Y ahora ¿a dónde vamos?" se estrena en España el próximo 2 de marzo.
Por Alicía García Arribas
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